lunes, 21 de noviembre de 2011

Las ensaladas del chef Mateo Flecha, “el Viejo”


A pesar del título, este post no trata de labores culinarias, ni siquiera de hortalizas o  productos de la huerta. La ensalada a la que me refiero es un género musical del siglo XVI que tuvo su máximo exponente en el músico tarraconense Mateo Flecha, “el Viejo”, cuyo sobrenombre pretende distinguirle en los anales de su sobrino homónimo, también compositor,  al que la historia recuerda como Mateo Flecha, “el Joven”.

La ensalada, al igual que el plato del mismo nombre, combina distintos ingredientes de diversa índole en una misma pieza musical. Por una parte, mezcla idiomas variados como el latín, castellano, catalán, francés, italiano y portugués. Adicionalmente, introduce tanto elementos profanos como religiosos. Finalmente, trata tanto temas serios como cómicos. Este abanico de tendencias tiene su equivalente en el tratamiento musical, dado que presenta frecuentes cambios de ritmo y una alternancia de las distintas voces que entran en juego: diálogos entre dos pares de voces, partes interpretadas en solitario…

En el currículum de Mateo Flecha figura el haber sido maestro de la catedral de Lérida a partir de 1523, y según su sobrino, el haber ostentado el título de maestro de capilla de las Serenísimas Infantas de Castilla, doña María y doña Juana, hacia 1547. Prácticamente su obra conocida se reduce a las ensaladas, aunque también ha llegado hasta nosotros algún villancico suyo, cuya persistencia en el tiempo hay que agradecer al otro Mateo Flecha, “el Joven”, que las publicó en Praga (no sé por qué precisamente en dicha ciudad) en 1581. De hecho, el buen sobrino destaca “la cuales (las ensaladas) aunque son viejas, ninguno antes de él las compuso, ni después (con preciarse todos de ellas) nadie las ha recopilado ni hecho estampar”. Vamos, que si no llega a ser por él, nunca hubiéramos disfrutado de la obra de “el Viejo”. Sin embargo, de las once ensaladas conocidas por sus títulos, solamente han sobrevivido hasta nuestros días seis: Jubilate, El fuego, la Bomba, La negrita, La guerra y La justa.

El experto Higinio Anglés, editor de la edición moderna de las ensaladas de 1954, pone en evidencia la relación de éstas con los temas navideños, como por ejemplo “en La guerra describe con una realidad pasmosa la valentía del Gran Capitán, el Redentor recién nacido, que viene a luchar contra Lucifer”. Añade Anglés un juicio general sobre la obra de Flecha: “en estas piezas de las ensaladas, Flecha se presenta como el polifonista de más fuerza y de más genio entre los compositores españoles del siglo XVI que cultivaron la música profana.”

A continuación dejo un vídeo con la representación de la ensalada “La bomba” y reproduzco el texto.



La bomba

Bomba, bomba y agua fuera!
Vayan los cargos al mar
que nos ymos anegar,
do remedio no se espera!
A l'escota socorred! socorred!
Vosotros id al timón!
Qué espacio! corred, corred!
No veis nuestra perdición?

Esas gúmenas cortad porque se amaine la vela!
Hazia acá contrapesad! Oh, que la nave se asuela!
Mandad calafatear que quizá dará remedio!
Ya no ay tiempo ni lugar
que la nao se abré por medio!

Qué haremos?
Si aprovechara nadar?
Oh, que está tan bravo el mar,
que todos pereçeremos!
Pipas y tablas tomemos!
Más, triste yo, qué haré?
Que yo, que no sé nadar moriré!

Virgen madre, yo prometo rezar con tino tus horas.
Si Juán, tú escapas hiermo moras.
Montserrate luego meto.
Yo triste ofrezco tambien, en saliendo de este lago
ir descalzo a Santiago
Eu yendo a Jerusalem.
Santa Virgen de Loreto, San Ginés, socorrednos!
Que me ahogo Santo Dios!
San Telmo, santo bedito!
Oh, Virgen de Guadalupe nuestra maldad no te ocupe!
Señora de Monserrate oý señora gran rescate!

Oh, gran socorro y bonança!
nave viene en que escapemos!
Allegad que perescemos!
Socorred no haya tardança, socorred!
No sea un punto detenido señores, ese batel!
Oh, que ventura he tenido
pues que pude entrar en él!

Gratias agamus Domino Deo nostro
Dignum et justum est.

De tan grande benefiçcio rescebido en est día
Cantemos con alegría todo hoy por su servicio!
Ea, ea, sus, empeçemos!
empieçe tú, Gil Piçarra a tañir con tu guitarra
y nosotros te ayudaremos.
Esperad que esté templada
Tiemplala bien, hi de ruín.
Din di rin din...
Oh, como está destemplada!
Acaba, maldito ya!
Din di rin din...
Es por demás!
Sube, sube un poco más!
Din di rin din...
Muy bien está!

Ande, pues, nuestro apellido
el tañer con el cantar
concordes en alabar
a Jesús rezien nascido.
Din di rin din...
Bendito el que ha venido a librarnos de agonía
Bendito sea este día que nascio el contentamiento
remedió su advenimiento mil enojos.
Din di rin din...
Benditos sean los ojos que con piedad nos miraron
y benditos que así amansaron tal fortuna.
No quedé congoja alguna
demos prisa al navegar
poys o vento nos ha de llevar.
Garrido es el vendaval!
No se vió bonança igual
sobre tan gran desatiento
bien ayas tú, viento que ansi me ayudas contra fortuna.
Grita todos a una: Bonança, salvamiento!
Miedo ovistes al tormento no tuviendo ya esperança
o modicae fidei!
Ello está muy bien ansí.

Gala es todo a nadie hoy duela la gala chinela,
de la china gala, la gala chinela
Mucho prometemos en tormenta fiera,
más luego ofreçemos infinita çera
De la china gala, la gala chinela.
Adios, señores, a la vela!

Nam si pericula sunt in mari
pericula sunt in terra
et pericula in falsis fratribus.

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