viernes, 25 de marzo de 2022

El ensemble Amystis rastrea las influencias polifónicas del joven Tomás Luis de Victoria

 


De Ribera & Navarro. Masters of the Spanish Renaissance

Amystis y Ministriles de la Reyna

Cada vez se hace más patente la necesidad de la narrativa. Un relato ayuda a despertar la curiosidad por algo hilvanando hechos sueltos en el tapiz de una historia, que genera un contexto que les da sentido dentro del conjunto. Como cuando Wittgenstein, en las crípticas proposiciones de su Tractatus Logico-philosophicus, postulaba que el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas, es decir, que lo que importa no son las cosas, los elementos individuales en sí, sino las relaciones que se establecen entre ellas. Esto viene a cuento porque hay muchas formas de presentar una grabación de música renacentista española, pero, frente a la mera inclusión de piezas en el disco sin más relación que la proximidad cronológica o estilística, existe la posibilidad de construir un relato que las ponga en relación dentro de un contexto que les confiera un sentido. Y precisamente esta es la filosofía que rige la obra De Ribera & Navarro. Masters of the Spanish Renaissance.

La joint venture acometida por el sexteto vocal Amystis y por el conjunto instrumental Ministriles de la Reyna ha construido una narración de la juventud musical del gran Tomás Luis de Victoria -quien probablemente representa la cumbre la polifonía renacentista española-, a través de la grabación de las obras de dos de sus maestros, Bernardino de Ribera y Juan Navarro. De esta forma, el proyecto articula con sutileza las influencias del maestro Victoria, presentando las creaciones de aquellos que le formaron en el arte y la técnica de la composición.


 

Tomás Luis de Victoria inició sus estudios musicales como “seise”, o niño cantor, en la catedral de Ávila, y permaneció allí hasta el año 1565, fecha en la que se desplazó a Roma para estudiar en el Colegio Romano. Y en ese templo castellano recibió las enseñanzas de Bernardino de Ribera y Juan Navarro, los cuales le enseñaron todo lo necesario sobre la polifonía, el canto, el contrapunto y la praxis del órgano. La música de estos dos maestros necesariamente tuvo que influir en la forma de componer sus obras magistrales. Ninguno de los dos es excesivamente conocido por el gran público, y, no obstante, nos han hecho llegar un legado que pone en evidencia la grandeza de la creación musical en esa España renacentista.

Esta iniciativa de Amystis se aleja sin duda de la práctica común de apostar por los grandes clásicos, algo que reduce el riesgo que implica dar a conocer música que la historia ha relegado a un segundo plano, independientemente de su calidad y grado de belleza formal. Y es que, por desgracia, a menudo estas figuras han quedado eclipsadas por la sombra de Victoria, como subraya Carlos Gutiérrez Cajaraville (Hombre principal en su profesión: revisión y nuevas aportaciones a la biografía de Bernardino de Ribera [ca.1520-1580]): “en nuestro relato histórico, la vida de Bernardino de Ribera comienza in media res, ligada indefectiblemente a la educación musical de Tomás Luis de Victoria”. Otro tanto le sucedió a Juan Navarro.

Juan Navarro, apodado el Hispalensis por su origen sevillano, fue un gran compositor y maestro de capilla en las catedrales de Ávila y de Salamanca, entre otros cargos que desempeña a lo largo de su vida. Al morir había dejado el grueso de su obra lista para la imprenta, y fue su sobrino quien diez años más tarde la llegó a editar en Roma en 1590. Se trata del libro Psalmi, hymni ac Magnificat totius anni, secundum ritum Sanctae Romanae Ecclesiae, quatuor, quinque. ac sex vocibus concinendi. Necnon Beatae semperque Virginis Dei Genitricis Mariae diversorum temporum antiphonae in fine horarum dicendae, que contiene 53 piezas, entre salmos, himnos, magnificat y antífonas marianas.

Por su parte, Bernardino Ribera nació en Játiva en torno a 1520 y fue maestro de la capilla de las catedrales de Murcia, Ávila y de Toledo, y también maestro de coro en la abulense, donde coincidió con el joven Victoria. Parece ser que lo que nos ha llegado de su obra está concentrado en el Códice polifónico 6 de la catedral de Toledo.

En el disco está también presente el compositor Sebastián de Vivanco, quien fue condiscípulo de Tomás Luis en Ávila, y cuya obra, fruto de las enseñanzas que ambos compartieron, añade otra pincelada al fresco de sus juventudes musicales. Igualmente, el trabajo incluye un Magnificat de 1º tono del propio Victoria.

El conjunto Amystis fue fundado por José Duce Chenoll en el año 2010 con el deseo de compartir la pasión por la música vocal e instrumental del Renacimiento y Barroco español. De Ribera & Navarro es su cuarto lanzamiento discográfico, en el que el ensemble está acompañado por el grupo Ministriles de la Reyna, que dirige Javier Martos Carretero. Amystis anteriormente ha grabado Mortales que amáis, Joan Baptista Cabanilles (2012), O Pretiosum Music for the Blessed Sacrament (2016) sobre la obra de Juan Bautista Comes, y Ecos del Parnaso the hidden spanish madrigal (2020), todos para el sello Brilliant Classics.

No se trata de una selección de piezas polifónicas religiosas del siglo XVI, De Ribera & Navarro es en sí una historia, el relato de las mocedades de Tomás Luis de Victoria, a través de la música de sus maestros y de su compañero de estudios, y es también la narración de la vida en las capillas musicales, como indica el propio Duce: “he querido mostrar, no sólo una música interesante y poco conocida, sino una mirada al pasado, a la praxis musical en la España del siglo XVI y a cómo era el trabajo en las capillas musicales”.

 

lunes, 14 de marzo de 2022

El Cancionero de Elvas, una joya renacentista

 



Elvas Quien te traxo el cavallero

Èlia Casanova y Alfred Fernández

Los cancioneros ibéricos del Renacimiento son una fuente inagotable de riqueza musical. Estas obras constituyen una maravillosa foto fija del tipo de piezas profanas que se interpretaban en las cortes, aunque probablemente muchas también eran canciones populares entre el pueblo llano. Son variados los ejemplos de este tipo de manuscritos, desde el más conocido Cancionero Musical de Palacio, cuyo contenido data aproximadamente de la época del reinado de los Reyes Católicos, al Cancionero de la Colombina, quizá algo anterior, o el Cancionero de Upsala, también conocido como del Duque de Calabria. Nuestro país vecino también presenta recopilaciones similares, en concreto, han llegado hasta nosotros cuatro cancioneros portugueses: el Cancionero de Lisboa, el Cancionero de Belém, el Cancionero de París y el Cancionero de Elvas. Precisamente a este último han dedicado su nuevo trabajo la soprano Èlia Casanova y el vihuelista Alfred Fernández.

El disco lleva por título Quien te traxo el cavallero, en alusión a una de las pocas composiciones que contiene el manuscrito de la que se conoce el autor, que en este caso es Juan del Enzina. Se trata de la grabación de una selección de temas procedentes de la recopilación portuguesa, interpretados con el formato minimalista de la voz acompañada únicamente por el sonido de la vihuela, lo que permite apreciar la frescura y la belleza sencilla de las composiciones al no presentar una ornamentación instrumental recargada.

 


Aunque Portugal no cuenta de fuentes de música profana renacentista tan extensas como los cancioneros castellanos, especialmente el de Palacio y el la Colombina, el de Elvas tiene un valor inmenso para ilustrar sobre los sones de la Península Ibérica de la época. Fue descubierto en 1928 en la Biblioteca Municipal de Elvas por el musicólogo Manuel Joaquim, y posteriormente publicado en 1940. Aunque se desconoce la fecha exacta en que fue realizada la copia, algunos detalles de su contenido permiten acotar su gestación entre 1560 y 1570.

La grabación incluye trece temas seleccionados de los sesenta y cinco incluidos en el cancionero (de los cuales quince aparecen en portugués y el resto en castellano) que han llegado hasta nosotros acompañados de su música, dado que el manuscrito tiene una segunda parte compuesta por treinta y seis poemas sin notación musical. El disco se completa con cinco piezas instrumentales de vihuela del libro Silva de sirenas de Enríquez de Valderrábano, uno de los siete grandes tratados de cifra para este instrumento del siglo XVI.

Ninguna de las piezas del Cancionero de Elvas incorpora la referencia de su autor, si bien, al compararlo con otros cancioneros ibéricos, han podido ser identificados los creadores de siete de las canciones. De esta forma, habría cuatro firmadas por Juan del Encina, dos por Pedro Escobar y una por Pedro de Pastrana.

La soprano Èlia Casanova colabora regularmente como solista con ensembles especializados en la música antigua como Capella de Ministrers, La Capella Reial de Catalunya, Qvinta Essençia, Al Ayre Español, Música Ficta, Harmonia del Parnàs, Meditarrània Consort, L’Arcàdia, Delirium Musica, Amystis coro de cámara o Armonia degli Affetti, entre otros.

Hasta la fecha ha grabado dieciséis discos con diversas agrupaciones. En los últimos años ha grabado L’Universo Sulla Pelle con su ensemble La Tendresa; Marenzio, Madrigals con Qvinta Essençia; Requiem de José de Nebra con La Madrileña; Mediterrània, Cantigas de Santa María, Germanies, Cristóbal de Morales Super Lamentationes, Lucretia Borgia, Arrels. Entre la tradició i el patrimoni y La Ruta de la Seda con Capella de Ministrers; Ecos del parnaso, spanish madrigals con Amystis; Alonso Lobo Sacred Vocal Music con el Coro Victoria; Sacri Profanis con Delirium Música y ‘DREIZEHN’ Stockhausen & Hildegarda con Amores Grup de Percussió.

Por su parte, Alfred Fernández tiene editados tres cedes como solista. Estos trabajos han recibido excelentes críticas en revistas especializadas como Répertoire, Le Monde de la Musique, Gramophone, Goldberg, Scherzo, Ritmo, o Lute Society Magazine. Su último disco como solista ha sido premiado con el10R de Répertoire aparte de obtener máximas calificaciones en diversas revistas.

Fernández ha actuado como solista en España, Holanda, Francia, Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Grecia, Marruecos, Brasil e Italia. Ha realizado recitales de vihuela y laúd en prestigiosos festivales de música antigua y de guitarra como: Laus Polyphoniae (AMUZ, Amberes, 2012), Oude Muziek Utrecht (Utrecht, 2008), MA Brugge (Brujas, 2000), Festival Internacional de Laúd (Füssen, Alemania, 2010 y Utrecht, Holanda, 2013), Festival Guitarrísimo de Múnich, Festival Guitarrísimo de Sao Paulo, y el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza (2008 y 2012). Es codirector del grupo El canto del caballero, especializado en música renacentista ibérica, con el que ha actuado en Portugal, Holanda, Bélgica, Austria y Alemania.

Aparte de interpretar a vihuela, Alfred Fernandez es el técnico de sonido de la grabación, y también fue el encargado de la grabación de Nana, el anterior disco de Èlia Casanova, editado en 2020 y nominado a los Premis Carles Santos de la Música Valenciana, que recopila melodías de nanas tradicionales y populares a capella.

Hay que destacar también el trabajo de Paco Giménez, quien ha sido el responsable de diseñar la sugerente imagen de la portada del disco en línea con el cómic.

Elvas Quien te traxo el cavallero recupera con acierto el espíritu de los cancioneros peninsulares del Renacimiento, cuya calidad subrayan los autores: “la música es buena, muy buena y está muy bien escrita. La maravillosa sencillez y la transparencia de las texturas musicales van acompañadas de unos textos de asombrosa lucidez”.

lunes, 7 de marzo de 2022

A5 Vocal Ensemble y la devoción a cinco voces en la obra de Francisco Guerrero

 


 

Ave Virgo. Francisco Guerrero (1528-1599). Obras a 5 voces del Siglo de Oro sevillano

A5 Vocal Ensemble

El quinteto de voces A5 ha interrumpido su tradicional dedicación a los madrigales de Monteverdi para grabar su primer trabajo discográfico sobre el polifonista sevillano Francisco Guerrero, cuya obra figura entre lo más brillante del Renacimiento español. Ave Virgo recopila trece piezas del compositor, escritas tanto en latín como en castellano, y cantadas a cinco voces. De esta forma, el trabajo pretende poner en relieve el esplendor de su creación, que junto con las de Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales ocupa la cumbre de la música del siglo XVI.

A5 se forma en 2014 en Sevilla, y está integrado por Teresa Martínez León, Raquel Batalloso Manzano, María Jesús Pacheco Caballero, Julio López Agudo y Alejandro Ramírez Sola. Especializado en repertorio renacentista y barroco, el quinteto cuenta entre sus programas con una iniciativa estrella basada en la interpretación de todas las obras a cinco voces incluidas en los ocho libros de madrigales que publicó en vida Claudio Monteverdi. El grupo inició la empresa en 2016 y la puso fin a principios de 2022, cuando estrenó las piezas pertenecientes a los libros séptimo y octavo.

No obstante, en la grabación que nos ocupa han vuelto la vista a la tierra sevillana para rendirle homenaje a uno de sus hijos más ilustres, cuya obra, incluso la profana, tiene un marcado carácter religioso, hasta el punto que Guerrero ha sido etiquetado con epítetos como “el cantor mariano por antonomasia” o “el enamorado del Dios Niño”. De ahí que el título del disco, Ave Virgo, haya pretendido subrayar el carácter devoto del compositor, utilizando para ello el nombre de la pieza que lo abre, Ave Virgo Sanctissima.

La vida de Francisco Guerrero está estrechamente unida a la capital hispalense en cuya catedral ocupó diversos cargos incluido el de maestro de capilla, sin embargo, también tuvo la ocasión de viajar, generalmente por asuntos profesionales, tanto por la Península Ibérica, como a capitales como Roma y Venecia, en donde imprimió obras suyas. Mención aparte merece la peregrinación que realizó a Tierra Santa con casi sesenta años, que quedó relatada en su libro El viaje de Jerusalén, que hizo Francisco Guerrero, racionero y maestro de capilla de la santa iglesia de Sevilla, publicado en 1590. En él cuenta cómo desde joven el componer “chanzonetas y villancicos” alabando el nacimiento de Cristo y a su madre la Virgen le acrecentaba “el deseo de ver y celebrar en aquel sacratísimo lugar estos cantares en compañía y memoria de los ángeles y pastores que allí comenzaron a darnos lección de esta divina fiesta”.

Esta espiritualidad y devoción de Guerrero explica que su obra sea mayormente sacra. Como indica Miguel Querol (Monumentos de la Música Española, volumen 16), la producción profana del compositor que conocemos con toda certeza consta de 34 piezas diferentes, pero muchas de estas fueron “transformadas a lo divino”. Esta práctica de crear los denominados “madrigales espirituales” se extiende en los decenios siguientes a la Contrarreforma, y consiste en coger piezas profanas y alterarlas, dándoles un sentido divino. Por ejemplo, Luca Marenzio transformó un soneto profano de Petrarca en un canto a la Virgen.

Sergio de Andrés Baylón (La simbiosis músico-textual en las canciones y villanescas espirituales de Francisco Guerrero, 2002) defiende que las obras que Guerrero etiqueta como “canciones” en su libro Canciones y villanescas espirituales de 1589, son realmente madrigales espirituales, mientras que las denominadas “villanescas“ serían villancicos, un género de composición poética de carácter popular que se origina en el siglo XV, y que a finales del XVI es asimilado como exclusivamente religioso. El disco de A5 Vocal Ensemble incluye cuatro de estas piezas profanas reconvertidas en piadosas, procedentes de este libro, de las cuales es obligado destacar la interpretación de Alma si sabes d´amor por su singular y fresca belleza.

Francisco Guerrero nos ha legado hasta diez libros de música, incluyendo el citado anteriormente, que en su gran mayoría están compuestos por misas y motetes. Este último género es en el que se centra la mayor parte de la grabación de A5, empezando con la antífona mariana Ave Virgo Sanctissima, en la que las dos voces superiores cantan un canon al unísono de principio a fin. Otras loas a la Virgen contenidas en la obra son O Virgo Benedicta, que celebra la prerrogativa de la Inmaculada Concepción de María, y Trahe Me Post Te Texto, cuya letra es un texto bíblico aplicado a la virgen María, sacado del Canticum Canticorum Salomonis.

Como curiosidad, comentar que Guerrero es el polifonista del que se conserva un mayor número de motetes, un total de 110. Para hacernos a la idea de la importancia de dicha cifra, tan solo apuntar que de Fernando de las Infantas nos han llegado 88, de Sebastián Vivanco 87, de Cristóbal de Morales 83, y de Tomás Luis de Victoria nada más que 57.

Aparte de los motetes de corte mariano, el repertorio del autor incluye otros relacionados con el santoral, como es el caso de Beatus es, dedicado al santo mártir Sebastián, Ambulans Iesus, basado en los Evangelios, y en concreto en el llamamiento de los discípulos Simón y Andrés, e Hic Vir, que adapta el texto bíblico de la parábola de los talentos del Evangelio de Mateo.

Por otra parte, están los motetes que conmemoran fiestas eclesiásticas o los dedicados a la alabanza, como Ductus es Iesus, de exaltación al Salvador, Conceptio tua, cuyo texto corresponde a la antífona del Magnificat propio de las vísperas de la fiesta de la Asunción de la Virgen María, y Dixit Dominus Petro, que tiene una letra extraída del evangelio según San Juan.

La grabación Ave Virgo constituye una magnífica puerta de entrada a la grandeza del legado de Francisco Guerrero, que a su muerte en 1599 fue definido con estas palabras por el pintor Francisco Pacheco, quien tuvo la ocasión de retratarle: “su música es de excelente sonido y agradable trabazón”.