Como es costumbre en estas fechas tan entrañables como redundantes, los bloggers hacemos recapitulación de lo escrito durante el año en nuestras respectivas bitácoras, en parte como un ejercicio de autocomplacencia, en parte porque a estas alturas del año uno ya tiene cierta sequía de temas e ideas sobre las que escribir. Ya llegará enero y la recarga de las pilas del magín.
Como no quiero aburrir más de la cuenta al ya por demás aburrido personal, solamente diré que para Soledad tengo de ti este ha sido un año de expansión y consolidación, tras el año de despegue del blog que fue 2011.
Principalmente para mí 2012 ha supuesto una oportunidad de estrechar lazos con otros fanáticos de la música antigua, tanto aficionados como profesionales, lo que me ha llenado de orgullo y de ilusión. Por una parte, en primavera fui invitado a colaborar con MusicaAntigua.com (y todavía no me han echado a patadas), con lo cual mis textos ya disponen de dos plataformas más para su difusión dado que ocasionalmente también publico en Coralea.
Además he entrado en contacto con intérpretes de música antigua, algo que me lleva a sentirme un poco más parte de este mundo y algo menos francotirador solitario. He hablado, ya sea digital o presencialmente, con las chicas del conjunto barroco Kassia, con el vihuelista Alfred Fernández de El Canto del Caballero o con los también vihuelistas y hermanos Pablo y Alejandro Baleta de El Canto de las Vihuelas, por citar unos pocos nombres.
Mención aparte merece la invitación que recibimos en junio de Javier Martínez para asistir en Guadalaviar (Teruel) al festival Musas, música, Museos; un fin de semana maravilloso de verdadera inmersión en la música y las artes del siglo XVI.
También he recibido alguna que otra colleja en los comentarios de éste y los otros blogs, siempre relacionadas con la inexactitud de lo expuesto. Pido perdón si alguien se ha sentido molesto por ello.
Espero seguir con todos estos temas relacionados con las vihuelas, los laúdes, los madrigales y los juglares en 2013, y espero que os lleguen a gustar tanto como me gustan a mí. Y si no siempre hay tiempo de cerrar este blog y abrir otro sobre blues, que siento a Robert Johnson llamándome desde el cruce de caminos…