La voz de Èlia Casanova es una referencia
obligada dentro del panorama actual de la música antigua española, pues ha
podido escucharse, tanto sobre los escenarios como en grabaciones, junto con
una lista interminable de conjuntos de primera fila, entre los que destacan
nombres como La Capella Reial de Catalunya o Capella de Ministrers. Además, la
soprano lleva a cabo su propia actividad artística junto a su ensemble La
Tendresa, gestiona el sello discográfico La Tendresa Records, ha creado
plataforma de autogestión de la industria musical RedMusix.com, y, más
recientemente, ha impulsado el concurso de música antigua Before Beethoven
Emergents, cuyo objetivo es ofrecer
oportunidades a jóvenes artistas.
En medio de esta actividad
tan frenética, Èlia Casanova acaba
de lanzar su última grabación discográfica con La Tendresa, Plebeyos
Bailes, que no es otra cosa que llevar al estudio el espectáculo
dedicado al baile del Siglo de Oro que el grupo ha presentado en directo en
numerosos escenarios. Se trata, en sus propias palabras, de un “aquelarre
barroco” reflejo de la práctica musical de las mujeres de las capas sociales
más bajas, que se reunían a tocar, cantar y bailar en la clandestinidad. A
todas luces es un apasionante proyecto para acercar al espectador a todos
aquellos bailes de nombre evocador hoy desaparecidos, como zarabanda, jácara,
villano, passacaglia, folía o marionas.
¿Cómo surge el proyecto de Plebeyos
bailes, tu nuevo trabajo discográfico?
El proyecto Plebeyos Bailes nace de la curiosidad de
saber cuál era el papel de las mujeres de clases humildes en la música del
siglo XVII. Durante este proceso nos preguntamos: ¿Cómo disfrutaban de la
música estas mujeres? ¿En qué ambientes se desenvolvían? ¿Qué tipo de música
tocaban, cantaban y bailaban cuando se divertían?
De esta forma, surgió el
concierto teatralizado Plebeyos Bailes.
Por una parte, para dar a conocer una vertiente olvidada de la música popular
del siglo XVII, la práctica musical de las mujeres de las capas sociales más
populares, y por otra, para reivindicar que, aunque el papel de la mujer en la
sociedad en general, y en la música en particular, ha avanzado mucho, aún nos
queda mucho camino por recorrer.
También queríamos mostrar
una nueva perspectiva, tanto estética como musical, de los espectáculos
clásicos de música antigua, añadiendo dramaturgia, narración, crítica social, y
mestizaje con otros géneros, como el flamenco o el jazz. Sobre el escenario
somos siete mujeres, todas especialistas en la interpretación de música con
criterios históricos, y con un dilatado recorrido artístico a nuestras
espaldas.
Desde que estrenamos Plebeyos Bailes en 2021, hemos tenido la
gran suerte de moverlo bastante, y en 2022, habiendo trabajado mucho el
repertorio, nos pareció el mejor momento para empezar a grabar del disco. El
pasado 25 de abril finalmente vio la luz después de duros meses de trabajo.
Este álbum lo hemos
grabado por varios motivos. Por un lado, para tener un recuerdo físico del
proyecto, ya que siempre hace especial ilusión tener el disco. Por otro lado,
para disponer de una herramienta más que nos ayude a mover el espectáculo. Y en
última instancia, para que estas canciones, que con tanto mimo hemos preparado,
arreglado e interpretado, no se pierdan y perduren en el tiempo.
Plebeyos bailes es lo opuesto a lo que suelo
hacer. He interpretado mucha música barroca italiana, con textos duros y
melodías desgarradoras, y este repertorio es diametralmente opuesto. Me
divierto muchísimo haciendo barroco italiano, pero el mensaje es muy distinto.
Quería diversión en el escenario, y eso es lo que hemos creado, un espectáculo
muy, muy divertido. Y la grabación de este álbum es el reflejo de todo ese
trabajo y diversión que hemos compartido, tanto en las sesiones preparatorias,
como en los ensayos y las representaciones del concierto.
El baile, en su esencia,
además de lo que significa como movimiento, define un evento o conjunto de
personas que se reúnen en un ambiente festivo, y esta idea describe
perfectamente al espectáculo. Sobre el escenario montamos una fiesta de verdad.
En el Siglo de Oro existía una clara distinción entre la
danza, refinada y aristocrática, y el baile, abiertamente popular y calificado
como obsceno. ¿Qué te ha llevado a interesarte en este último para el trabajo
que nos ocupa?
Durante la pandemia, me
compré una guitarra barroca con el propósito de poder acompañarme en casa. Fue
entonces cuando, bajo la guía de mi querido amigo y maestro Jesús Sánchez, me
adentré en la lectura del libro La
guitarra rasgueada en España durante el siglo XVII. En el segundo capítulo,
dedicado a la educación y la práctica cultural, se menciona explícitamente la
distinción entre las danzas y los plebeyos bailes. Esta clasificación despertó
mi curiosidad y me llevó a formularme preguntas.
Motivada también por
Jesús, quien conoce mi profundo interés en la perspectiva de género, decidí
indagar en el papel de las mujeres en este ámbito específico de la educación y
la práctica cultural, especialmente en relación con las mujeres de escasos
recursos vinculadas a estos bailes.
¿Por qué fueron estos bailes prohibidos y perseguidos en su
época?
Los bailes de esa época
solían estar acompañados de música que incluía letras basadas en la vida
cotidiana, abordando temas desde peleas entre “rufianes” hasta posturas
sexuales. Como la zarabanda, que contiene textos que incluso me escandalizan a
mí hoy en día. No es de extrañar que la comparen con el reguetón y el perreo.
Los ritmos eran rápidos y se bailaban de manera desinhibida, especialmente por
las mujeres, cuyos pechos se movían durante el baile, e incluso se acompañaban
con gestos que podrían considerarse obscenos.
Teniendo en cuenta que en
aquella época el poder estaba fuertemente influenciado por la Iglesia, dirigida
por la Inquisición, era inevitable que estos bailes fueran prohibidos. Se
argumentaba que distraían a los hombres y deshonraban a las mujeres.
Lamentablemente, esta prohibición ha llevado a la pérdida de muchos de estos
bailes. Sin embargo, algunos han sido encontrados en obras instrumentales, ya
transformados en danzas más refinadas, algunos textos en bibliotecas y
archivos, incluso de otros países y, sobre todo, en la literatura de la época.
El espectáculo que presentas lo has definido como “aquelarre
barroco”, y parece ser que excede el terreno de la mera interpretación musical.
¿Qué puede esperar encontrar el espectador que asista a vuestras actuaciones?
Desde el principio,
nuestra idea ha sido crear una fiesta exclusivamente femenina, donde las obras
se presenten de manera relajada y cada una pueda improvisar y tocar lo que
sienta en ese momento. Trabajando con Societat Doctor Alonso, siempre hemos
buscado reflejar en el escenario lo que se crea durante los ensayos: libertad,
diversión y, sobre todo, la complicidad entre las compañeras. Es como estar en
una casa llena de músicos, donde alguien empieza a tocar y todos se suman sin
juicios y con total libertad.
Por otro lado, esta música
se enmarca dentro de una puesta en escena que busca expresar el papel de la
mujer en este contexto, destacando sus dificultades, logros, clandestinidad y
muchas otras facetas que preferimos mantener en secreto para que el espectáculo
esté lleno de sorpresas. En primer lugar, reivindicamos la palabra
"aquelarre" en un sentido positivo, apropiándonos del concepto y
llevándolo a la comparativa, al igual que Ascensión Mazuela lo hace con el
baile. Originalmente, se le daba una connotación demoníaca al término
"aquelarre" en relación con una reunión de mujeres bailando. Nosotros
hemos decidido darle la vuelta y devolverle su significado original. Esto se
refleja incluso en la portada del disco.
¿Cómo piensas que se puede acercar la música antigua al
espectador del siglo XXI? ¿Cómo conseguir que conecte con ella y la pueda
disfrutar?
En los últimos tiempos
creo que muchos grupos e intérpretes hemos sentido la necesidad de acercar la
música antigua a otros públicos, y hemos comenzado a colaborar con otras
disciplinas artísticas, con el objetivo de hacer nuestro repertorio más atractivo.
El espectáculo que hemos creado está diseñado para que cualquier persona que
escuche música barroca por primera vez en su vida se vaya tarareando las
melodías. Y de hecho, eso es lo que está ocurriendo.
En este caso, hemos
fusionado las melodías conocidas de los bailes barrocos con armonías más
modernas y texturas sugerentes, creando una propuesta musical que se aleja de
lo convencional. Además, hemos desarrollado una puesta en escena bastante
peculiar. Para lograr esta conexión con el espectador del siglo XXI, hemos
contado con la colaboración de reconocidos profesionales de las artes escénicas
vanguardistas. Societat Doctor Alonso ha aportado su talento en la escena,
Jorge Dutor en el diseño de vestuario y Cube.bz en la iluminación, con la
producción a cargo de Mónica Pérez y Marta Pérez. Junto al elenco de músicos,
hemos creado un espectáculo muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver
y escuchar.
¿Qué tipos de bailes de los siglos XVI y XVII habéis incluido
en el disco?
El disco que hemos lanzado
es un reflejo fiel del espectáculo que ofrecemos, ya que siempre hemos
defendido la importancia de la música en directo, y sinceramente, lo mejor es
que podáis ver el espectáculo en vivo, especialmente en una iniciativa como
ésta. Sin embargo, entendemos que no todos pueden asistir a nuestros
conciertos, por lo que en el disco hemos incluido varios ejemplos de estos
bailes que interpretamos.
Encontrarán piezas como Las
Marionas, donde Belisana a la guitarra barroca va tocando variaciones
invitando a unirse al resto con variaciones sobre el tema del mismo o diferente
compositor. También podrán escuchar Villano, una zarabanda con letras
que exploran las posturas sexuales características de cada región. Además,
hemos incluido una "jácara" con ritmo de panaderas, una
representación de vacas y diversas folías. Para los amantes de la música
antigua, hemos reinterpretado las canciones más reconocidas del género,
dándoles un toque moderno y fresco.
Nos hemos acercado a esta
época con un profundo conocimiento de su repertorio, y hemos compartido el
proceso de mestizaje con personas expertas en los géneros que queremos habitar.
Esto nos ha permitido crear una propuesta musical única y especial.
¿Cuál era el papel de la mujer en la interpretación de estos
bailes barrocos?
Hablo desde la información
recopilada, y dejando bien claro que no soy musicóloga ni historiadora, sino
simplemente una persona curiosa con ganas de expresar. La documentación sobre
el papel de la mujer humilde en la interpretación de estos bailes barrocos es
escasa, ya que la vida de las mujeres se desarrollaba mayormente en el ámbito
privado. Existen numerosos escritos que rechazan directamente a las mujeres
como intérpretes, debido a la connotación diabólica que se atribuía a la música
como una herramienta de perversión, y más aún si pensamos en bailes con
movimientos obscenos y letras picantes. En estudios recientes, como en los
estudios sobre este tipo de bailes realizados por Cotarelo y Mori, se puede
leer en bastantes ocasiones frases como “en este tono pocas veces intervienen
las mujeres” o “la mujer solo cantaba al final”.
Si nos remitimos a la
literatura de la época, la música a menudo se presenta como algo sobrenatural y
poderoso. El músico es retratado como un embaucador capaz de subyugar la
voluntad de sus oyentes, tal como se refleja en obras como El celoso extremeño.
En estas novelas no he
encontrado ninguna mujer tañedora de guitarra. Las mujeres cantaban, tocaban
pequeña percusión o bailaban. Las que tenían suerte de ser bien estimadas
gozaban de buena reputación como profesionales, aunque su honra podía verse
menos respetada. Si en pleno siglo XXI todavía estamos luchando por no juzgar a
la mujer que se divierte y goza sin más, en este contexto no me extraña que la
clandestinidad fuera la mejor opción, y que los guardianes de la moralidad las
denostaran llamándolas brujas.
En 2018 lanzaste tu propio sello discográfico, La Tendresa
Records, que inauguraste con la grabación L’universo
sulla pelle, una bellísima aproximación al Barroco italiano por la que
tengo especial debilidad. Háblanos de esta iniciativa y de cómo apoya otras
facetas de tu carrera profesional.
L'Universo sulla pelle fue
grabado a petición de una mecenas y buena amiga, bajo el sello Universum Records.
Esta oportunidad brindó un impulso significativo a mi carrera como cantante, y
permitió dar a conocer mi perspectiva interpretativa como grupo. Por otro lado,
gracias al sólido apoyo del maravilloso equipo que me rodea, decidimos lanzar
mi siguiente grabación bajo nuestro propio sello discográfico, La Tendresa
Records. Contar con nuestro propio sello nos brinda el control total sobre
nuestras decisiones, y nos permite gestionar todos los aspectos relacionados.
Siendo realistas, en nuestra industria las compañías discográficas funcionan
principalmente como distribuidoras, con un nivel de ventas bastante limitado.
Optar por la autogestión
nos pareció más interesante, y gracias a este sello hemos lanzado un concurso
para jóvenes intérpretes llamado Before
Beethoven Emergents, con el premio de grabar un disco para el ganador. De
esta manera, buscamos ayudar a estos jóvenes talentos de la misma manera en que
fui ayudada por aquellas personas que generosamente me brindaron su apoyo y
sabiduría. Además, estamos abiertos a colaboraciones con otros grupos y géneros
musicales que compartan nuestra visión y pasión por la música y el trabajo bien
hecho.
Efectivamente, habitualmente colaboras con otras formaciones
musicales, de hecho, has trabajado con los principales conjuntos de música
antigua que hay actualmente en España. Por ejemplo, el pasado febrero te
pudimos escuchar en el Auditorio Nacional de Madrid en la exitosa puesta en
escena de la zarzuela Acis y Galatea
de Antonio de Literes, con Concierto 1700. ¿Cómo logras compaginar tus
proyectos personales con la participación en iniciativas de terceros?
Para mí es un orgullo
poder colaborar con estas agrupaciones, y les estaré siempre muy agradecida por
darme la oportunidad de cantar con ellos y poder dedicarme a la música.
Pues lo logro compaginar
con mucho esfuerzo. Esfuerzo que no supone tanto dada la pasión que siento por
lo que hago, y lo que me gusta. Esto, en definitiva, es lo que mueve el arte.
La música ha sido parte de mi vida desde muy pequeña, y es mi trabajo y mi
hobby. Creo que hay que ser muy disciplinada y marcar muy bien horarios de
trabajo, de estudio, y aprovechar cada minuto, cada viaje, para leer, estudiar,
contestar correos… Y sobre todo hay que tener mucha ayuda y rodearse de un buen
equipo.
Para acabar ¿qué nuevos proyectos piensas emprender a corto y
medio plazo? ¿Tienes alguna nueva grabación discográfica prevista?
Lo más inmediato, con
Proyecto EVOCA [Exploración de la Vocalidad y la Oralidad del Canto Antiguo]
con Paloma Gutiérrez del Arroyo, estamos preparando una grabación para la
Universidad Complutense de Madrid, con la musicóloga Carmen Julia Gutiérrez,
sobre canto mozárabe, sus transcripciones y todo lo que eso conlleva. Con
Qvinta Essençia vamos a empezar un nuevo programa con obras de Monteverdi a 5
voces, y pensando en la grabación de nuestro programa sobre la Misa de Lobo Maria Magdalena.
Y otros proyectos más a
largo plazo: estamos preparando un nuevo programa con La Tendresa sobre música
y mitología. Aparte de eso, seguimos ampliando las funciones de la plataforma
de promoción musical Redmusix.com, estamos preparando ya las segundas ediciones
del Before Beethoven Fest y el Festival de les Roses, y estoy muy ilusionada
por la colaboración que tengo prevista para el próximo año con Rinaldo
Alessandrini.