7
Movements
Johanna
Rose
Todo apasionado de la música antigua se enfrenta a un rito iniciático cuando empieza a escuchar música para viola da gamba. Especialmente, cuando el encuentro es con piezas en las que el instrumento se desenvuelve en absoluta soledad, apartado de los componentes de un bajo continuo barroco o de cualquier consort compuesto por cordófonos variados y elementos de tecla. El canto ronco de la viola al principio puede asustar y sorprender por su aparente crudeza, pero, cuando el oído se amolda a ese sonido tan característico que emiten sus seis cuerdas, se abre ante nuestros sentidos un universo desbordante de belleza, que supone una comunión real con las músicas del pasado, más allá de los lugares comunes y de las piezas de fácil escucha.
La violagambista Johanna Rose nos invita con su nuevo disco, 7 Movements, a emprender ese viaje en la búsqueda de los sonidos más puros de la viola da gamba, interpretando música para el instrumento de los compositores franceses Sainte-Colombe, padre e hijo, así como transcripciones de las suites para cello 5 y 6 del colosal Johann Sebastian Bach. Rose milita en la formación sevillana Accademia del Piacere, uno de los ensembles de música antigua de mayor proyección internacional en la actualidad, que este año ha lanzado un exitoso trabajo discográfico dedicado al manuscrito renacentista Cancionero de la Colombina.
Pero aparte de participar en la discografía de la Accademia, Johanna Rose lleva a cabo su propia carrera de grabaciones, en la que destacan un trabajo sobre las piezas para viola da gamba de Carl Philipp Emanuel Bach, y otro posterior dedicado a Marin Marais. No obstante, no ha sido hasta el presente 7 Movements en que Johanna ha acometido una interpretación de la viola da gamba en soledad absoluta, sin acompañamiento ni de tecla ni de tiorba, como en las ocasiones precedentes.
La viola da gamba es un instrumento de la antigüedad en la medida en que ya solamente se utiliza para interpretar música renacentista y barroca, puesto que en el siglo XVIII fue completamente sustituida por la familia del violín, a saber, la viola, el cello y el contrabajo. A pesar de la similitud en la forma y de la proximidad del sonido de las distintas violas da gamba con los anteriores, el origen es completamente distinto, pues estas descienden de la misma familia que la guitarra, y probablemente nacieron en la España medieval como una evolución de la vihuela de arco. Su popularidad se extendió por Europa, y, de hecho, en Italia comenzó a tocarse sobre las piernas -de ahí el nombre da gamba-, frente a la interpretación ibérica sobre el hombro, como defendía, entre otros, el teórico toledano Diego Ortiz.
El grueso del repertorio seleccionado para el disco son las suites para cello números 5 y 6 de Johann Sebastian Bach, debidamente transcritas por Rose para la viola da gamba. El musicólogo Manfred Bukofzer destacaba la complejidad de las seis piezas para cello solo que compuso el alemán, a las que consideraba “los documentos más monumentales de la música polifónica para cuerda”.
La grabación incluye también creaciones para viola da gamba en solitario del músico barroco francés Monsieur de Sainte-Colombe y de su hijo. Se trata de una figura que vivió en París y que estaba asociada a la corte, pero de cuya vida no se conoce demasiado, aparte de que fue un virtuoso del instrumento -se dice que fue quien incorporó la séptima cuerda-, que fue maestro entre otros músicos de la época del gran Marin Marais, y que tuvo dos hijas también muy hábiles como intérpretes de la viola. Johanna Rose ha estrenado una viola de gamba de siete cuerdas en este disco, construida por el lutier Robert Louis Baille, precisamente para tocar la música de Sainte-Colombe.
Por su parte, Monsieur de Sainte Colombe le Fils fue de acuerdo con algunas fuentes hijo ilegítimo del anterior y también alumno suyo. Desarrolló gran parte de su carrera en Inglaterra, donde su talento fue muy celebrado. El álbum incluye dos piezas suyas pertenecientes a sendas suites.
La escucha de 7 Movements es una magnífica ocasión para conocer todo el potencial estético que tiene en solitario ese maravilloso instrumento que fue la viola da gamba, cuyo legado se mantiene vivo gracias al talento y al esfuerzo de músicos como Johanna Rose.