sábado, 30 de enero de 2021

Música con clarines, la conjunción del órgano y los vientos barrocos

Música con clarines es una iniciativa llevada a cabo por tres experimentados músicos para poner en relieve la grandeza de la música barroca interpretada con instrumentos de viento en combinación con el órgano. Los artífices de este proyecto son Juan Ramón Ullibarri, clarinete barroco, Basilio Gomarín, trompeta natural y Francisco Javier Jiménez, órgano.

La propuesta, en palabras de los artífices, parte de la idea de que los tres  instrumentos,  pueden  dialogar,  contrastar  y concertarse,  sumando  juntos  fuerza  y  color.  Ante  todo,  realizan  esa  suma,  gracias  a  la vibración  del  aire  en  los  tubos  de  madera  o  metal.  En  lo  que  respecta  al  clarinete  y la trompeta, su relación es retóricamente muy antigua; el término clarinete tiene su origen en el  de  clarino,  nombre  que  desde  el  renacimiento  se  daba  a  la  trompeta.  La  sonoridad  de ésta,  en  el  registro  agudo  y  sus  armónicos,  que  le  permitían  tocar  una  melodía  cantábile, era  para  los  músicos  del  siglo  XVII  tan  evidente  en  el  nuevo  instrumento  de  viento madera, que no dudaron en bautizar como clarinete.

Por otro lado, nos recuerdan los músicos, observando la morfología  instrumental del órgano,  las  diferencias acústicas   son   mínimas   entre   los   vientos   y   el   cañón   del   órgano   en   los   registros correspondientes. El órgano es el rey de los instrumentos, pero existe un punto, en el cual tanto  el  clarinete  como  la  trompeta  triunfan  fácilmente  sobre  su  rival  polifónico:  la expresión. Estos, al contrario que el cañón del órgano, vibran por el impulso directo del aliento humano,  el  ataque,  la  intensidad,  el  cuidado,  el  calor  de  un  mismo  sonido  puede  variar según los recursos y la fantasía del instrumentista. Todo depende del soplo, de la posición de  los  labios  sobre  la  embocadura  y  de  la  digitación,  sin  mencionar  la  movilidad direccional  del  sonido  de  ambos,  que  aportan  otro  elemento  suplementario  a  su  paleta expresiva. Es  de  esta  manera,  como  se  produce  y  mantiene,  el  diálogo  y  contraste  entre  estos dos  instrumentos  melódicos, flexibles,  obedientes  a  las  inflexiones  del  pensamiento, humanos como la propia voz, y por ello, tan próximos a nuestra sensibilidad, así como el órgano  rico  y  múltiple,  cuya  diversidad  infinita  de  medios,  alivia  su  impersonalidad sonora

En el programa de concierto que presenta este ensemble, los sonidos de clarinete y trompeta, se mezclan y funden con los del órgano, convirtiéndose de esta manera en dos más de sus registros.  Este  huso  queda  bien  demostrado,  gracias  al  repertorio  elegido  para  la ocasión:  Batallas,  Canciones  de  Clarines,  etc,  donde  el  clarinete  y  la  trompeta  alternan entre  los  toques  militares  y  las  melodías  cantábiles,  respondiendo  al  órgano.  Habiendo sido  compuestas  algunas  de  ellas  por  el  que  fuera  uno  de  los  más  ilustres  e  importantes maestros  de  capilla  de  la  catedral  de  Segovia,  como fue Francisco Correa de Arauxo. En el repertorio, figuran entre otras piezas de compositores del siglo XVII como Francisco José de Castro, Bernardo Zala, Antonio Martín i Coll y Juan Bautista Cabanilles, así como alguna otra de época posterior de Juan de Ledesma.

Música con clarines es un proyecto en el que participa el clarinetista Juan Ramón Ullibarri, que ha colaborado con formaciones musicales nacionales e internacionales como la Freiburger Barockorchester, La  Chambre Philarmonique, Le Concert  Spirituel,  Capella Mediterránea, Opus 55, Ensemble Matheus, La Grande Chapelle, la Orquesta Sinfónica de Bilbao, Orquesta de Córdoba, Orquesta del Teatro Real de Madrid y la Orquesta Filarmónica  de  Wroclaw, entre otras.

Por su parte, Basilio Gomarín cuenta igualmente con una intensa trayectoria profesional, pues ha tocado   con   grupos   de   música   antigua   como   Lachrime   Consort   de   París, Orquesta Barroca del Conservatorio Sweelinck de Amsterdam, Orquesta Barroca Catalana, Orquesta  Barroca  Academia  de  Música  Antigua  de  Cantabria,  Ensemble  Barroco  de Ponferrada,  la  ORTV  de  España,  Orquesta  Filarmónica  de  Málaga y la  Orquesta  de  Cámara del Principado de Asturias.

Por último, Francisco Javier Jiménez es organista-titular de la Catedral de León, y ha colaborado con formaciones musicales como Schola Gregoriana Hispana, Illiber Ensemble, Orquesta de Cámara Mediterránea, la Orquesta Clásica de Granada o la Orquesta de Cámara “Marquesado del Zenete”, de la que es fundador y director artístico.

 

miércoles, 27 de enero de 2021

Las artes plásticas y la música medieval se unen en un curso gratuito del CIMM para inaugurar el año formativo

La exploración atenta de la música, los músicos y los instrumentos musicales del medievo a través de la mirada experta de Jorge Ariza, doctor en Historia del Arte especializado en simbología, a partir de la iconografía, la arquitectura o la pintura. Ese es el objetivo del primer curso que ofrece el Centro de Investigación e Interpretación de la Música Medieval (CIMM) de la Valldigna (Valencia) para este 2021. El pistoletazo de salida lo dará este sábado con la primera de las diez ponencias preparadas, que tendrán lugar durante todo el año. 

Bajo el título “Las Artes plásticas y la Música. Una mirada medieval” llega esta formación abierta a todo tipo de alumnado, tanto músicos como personas interesadas en la música, para abrir los ojos a la música medieval a través del Arte. Las inscripciones están abiertas a través del correo electrónico info@cimmvalldigna.org,  poniendo en la línea de asunto ‘Inscripción al curso de Jorge Ariza’.

La primera de las sesiones se titula “Músicos del norte y del sur en la pintura tardo-medieval” y se celebrará el próximo sábado 30 de enero a las 17:00 horas. En ella ahondará en la relación que mantienen a través de la pintura los creadores de música medieval, en la que no faltarán ejemplos que estimulen el conocimiento y la difusión de este género musical, objetivo último de las actividades que desde hace ahora un año planifica el CIMM para acercar la música del Medievo a todos los públicos.

Programación de los próximos encuentros sobre arte y música medieval en 2021

El doctor en Historia del Arte Jorge R. Ariza compartirá sus conocimientos sobre artes y música medieval a lo largo de diez sesiones. Tras la primera, de este sábado, se sucederán sesiones con periodicidad mensual, excepto los meses de verano. Todas las citas serán en sábado a las 17:00 horas. Así, el 6 febrero el tema será “La danza de la muerte”, el 6 de marzo, “Las trompetas de los ángeles”; el 3 de abril continuará la programación con “Los músicos del paganismo en el imaginario medieval”. Ya en primavera, el 1 de mayo la sesión versará sobre “Iconografía de menestriles y juglares”, mientras que el 5 de junio será el turno para abordar la sesión titulada “Final del viaje: La música en el Pórtico de la Gloria”.

Tras una parada los meses de verano, el programa sigue su curso el 4 de septiembre con “Imágenes de la Dama en las tres culturas del mundo hispánico”. En octubre, el día 2, tomarán relevancia con Ariza los “Aspectos musicales en los iconos bizantinos”. Para cerrar el calendario, el 6 de noviembre la clase se centrará en “Los himnos a la Virgen como fuente para la iconografía” y ya en diciembre, la última de las sesiones previstas, el día 4, cerrará con la una charla dedicada a los “Músicos inspirados por el Espíritu”.

Una vida dedicada al arte y la simbología

Jorge R. Ariza (Barcelona, 1984) es doctor en Historia del arte y ha dirigido su carrera hacia el estudio de la simbología, campo sobre el que ha centrado sus artículos para diferentes publicaciones como Arsgravis, Brumal o Herejía y Belleza. Trabaja como docente en diferentes instituciones académicas como la Universitat de Barcelona, el Institut Superior de Ciències Religioses de Barcelona o la Fundació Universitària del Bages. También ha desarrollado diferentes proyectos para el Museu del Monestir de Sant Cugat. Ofrece cursos y conferencias sobre arte, iconografía y simbología en diferentes centros cívicos y religiosos.

Balance positivo del primer año de vida del CIMM

Este enero de 2021 el CIMM cumple su primer año de vida con Mara Aranda, al cargo de la dirección y coordinación de su programación tanto lúdica como formativa. Aranda agradece “el firme compromiso de la Mancomunidad y la Conselleria de Cultura por seguir manteniendo la programación del centro en esta etapa en la que el mundo de la cultura en general se está reconfigurando, al igual que toda la realidad que hemos conocido en todos los ámbitos, y los conciertos con asistencia de público en particular, propiciando un nuevo paradigma en la formación y la experiencia educativa”. Los primeros doce meses han llenado de actividad el Monasterio de la Valldigna y se han venido realizando, con gran éxito de convocatoria, sus clases online. “2020 ha sido un año en el que se han desbordado las previsiones de concurrencia de alumnado de más de 20 países diferentes”, asegura Mara Aranda. Además de esta formación específica y mensual con Ariza, el CIMM continúa con los cursos online 2020/2021 de violas de rueda, viola de brazo, vientos de lengüeta doble, organetto, percusión y voz.

jueves, 21 de enero de 2021

Hubert Le Blanc y el ocaso de la viola da gamba en Francia

La viola da gamba tuvo su momento de apogeo en Francia en el siglo XVII, especialmente a lo largo del reinado de Luis XIV, el Rey Sol, gran amante y promotor de las artes escénicas y de la música. De hecho, hay quien hace coincidir la fecha simbólica de la muerte del monarca, 1715, como el comienzo del declive de la popularidad del instrumento, mientras que, de mediados de siglo al comienzo de la Revolución en 1789, desaparecería por completo del panorama cultural francés. 

El celo que dedicó Luis para convertir Versalles en un templo para las artes y las tendencias de moda, hizo que la corte fuese, durante su reinado, el único lugar de referencia en la música y la danza de toda Francia, en el que el propio rey marcaba personalmente el patrón del buen gusto. La música escénica ejercía su protagonismo, especialmente a través del género de la comedia ballet en el que trabajaron juntos el músico Jean Baptiste Lully y el dramaturgo Moliere, pero también tuvo un peso importante la música de cámara, tanto en privado como en público, que contribuía a dar pompa y esplendor a la corte. En este ámbito, la viola fue un instrumento querido y apreciado por la nobleza y los cortesanos.

La muerte del Rey Sol alteró este panorama. Por una parte, el sucesor Luis XV trasladó su residencia a París -aunque volvería a instalarse en Versalles en 1722-, y con él la nobleza cortesana, de forma que la capital se erige como el nuevo faro cultural. Por otro lado, se hace cada vez más patente en Francia el gusto por la música que llega de Italia, que pone de moda el uso de la familia del violín. Estos dos factores conjugados hacen que la música se traslade de la exclusividad de las veladas artísticas de las casas nobiliarias, a los conciertos públicos que comienzan a celebrarse por toda la ciudad: los Concert Spirituel, que tenían lugar en fiestas de guardar, los Concerts Français, en los que sonaban divertimentos y cantatas francesas, y los Concerts Italiens, donde solamente era interpretada música italiana por músicos venidos de allí o por franceses que habían estado en Italia.

Este entorno público de las salas de conciertos demostró ser completamente inadecuado para la viola da gamba, que, aunque tiene una resonancia suficiente para ser escuchada en espacios amplios, se muestra totalmente ineficaz compitiendo con otros sonidos. Los conciertos de aquella época distaban en sus formas de los de la actualidad, de forma que tenían más de actividad social que de experiencia de disfrute individual, y era la norma que los asistentes charlasen todo el rato, se moviesen por la sala e incluso jugasen a las cartas durante el evento. A diferencia del estridente violín, la viola da gamba no podía hacerle frente a este ambiente ruidoso y alborotado.

La viola da gamba salió de los salones de las casas nobles y perdió la batalla en la calle frente a los instrumentos de la familia del violín llegada de Italia. En este panorama, el abad Hubert Le Blanc publicó en 1740 su libro en defensa de la viola titulado Défense de la basse de viole contre les enterprises du violon et les prétentions du violoncelle. Aparte de clérigo, Le Blanc era doctor en derecho y músico, pues tocaba precisamente este instrumento. En su obra deplora el declive de los intérpretes aficionados aristócratas que tocaba en los palacios con devoción y entrega, y la llegada de los recitales profesionales que llenaban las salas de conciertos. Y, por encima de todo, defendió a la viola da gamba frente al violín.

La defensa de la viola de gamba contra las empresas del violín y las pretensiones del violonchelo está dividida en tres partes. En la primera, Hubert Le Blanc asocia las pièces de música francesa con la viola de gamba, y con la forma de tocar de grandes figuras como Marin Marais y Antoine Forqueray. Utiliza con frecuencia los elementos mitológicos y alegóricos en el texto, como cuando compara a Marais con un Ayax que “hizo frente a la carnicería llevada a cabo contra Francia por los romanos, los venecianos, los florentinos y los napolitanos en conciertos privados”. A su juicio, la Inteligencia Divina repartió la armonía entre las naciones, asignando el violín a los italianos, la flauta a los alemanes, el clavicordio a los ingleses y la viola da gamba a los franceses.Por tanto, Leblanc asocia el violín con el gusto italiano y con el formato de la sonata.

La segunda parte relata un diálogo alegórico entre el sultán violín, “un aborto y un pigmeo”, y la viola. El encuentro tiene lugar antes de un concierto en los Jardines de las Tullerías, y en él se ponen en evidencia las virtudes de cada instrumento. Hubert dice que el violín “no podía competir con la viola en la delicadeza de su conmovedor sonido o su armonía”, que quedan patentes en las distancias cortas, así que usa la estrategia de llevar el recital a una gran sala, donde “habría muchos efectos que serían tan perjudiciales para la viola como favorables para el violín”.

En la última parte, Hubert Le Blanc plantea la salvación de la caída de la viola de gamba a través de interpretar música para el violín en el instrumento. De esta forma, a viola se beneficiaría de la creciente popularidad del violín, consiguiendo no caer en el olvido. La abundancia de detalles técnicos sobre la interpretación de los distintos instrumentos es lo que ha llevado a pensar que el autor era un músico muy experimentado y hábil.

 

domingo, 17 de enero de 2021

Rodrigo Rodríguez graba Cruzando la Montaña – Yamagoe, melodías del Antiguo Japón

La canción que ha grabado el maestro de la flauta medieval shakuhachi Rodrigo Rodríguez en su nuevo vídeo es un ejemplo del estilo koten honkyoku, que fue transmitido por muchos komuso en la región de Kyusyu, Japón. Un komusō o monje del vacío era un monje mendicante de la secta Fuke del budismo zen. Por lo general se les caracteriza por utilizar una canasta de paja en la cabeza como una manifestación de la ausencia de ego y tocando la shakuhachi utilizada para meditar.

Debido a los registros históricos incompletos, es imposible estar seguro de que esta pieza tuviese su origen en un templo komuso en Hakata (una ciudad en el norte de Kyusyu) llamado Itchoken, pero uno puede escuchar claramente los vestigios del estilo del monje komuso, que usó dicho templo como un base para sus vagabundeos dentro y alrededor del área de Kyusyu.

El título de esta pieza sugiere que incluso cuando uno ha pasado la etapa más difícil de una pieza u obra, o la etapa más crítica de una enfermedad, nunca puede relajarse por completo hasta llegar al final o hasta alcanzar la recuperación perfecta. Este adagio se aplica tanto al entrenamiento budista en ascetismo como al estudio del shakuhachi. En esta grabación, el estilo de interpretación vehemente produce una gama completa de dinamismo por medio de movimientos melódicos siempre fluctuantes, y completamente ornamentados dentro de una tesitura relativamente estrecha y baja.

A veces llamada Yamagoe Reibo, esta canción se usa para establecer los estándares de entrenamiento. Originalmente no fue pensado como una pieza escénica. El practicante espiritual debe encontrar los extremos de todo para darse cuenta de una parte de sí mismo que aún no ha sido utilizada. En otras palabras, uno debe empujar hasta el umbral de la muerte durante el entrenamiento para vislumbrar las ideas autolimitantes de vida/muerte.



miércoles, 6 de enero de 2021

Campaña para sufragar la grabación de “La ciudad de las damas” de Catalina Vicens y Servir Antico

La teclista chilena Catalina Vicens y directora del ensemble Servir Antico ha lanzado un proyecto de micromecenazgo para financiar el que será el primer álbum del conjunto The City of Ladies (La Ciudad de las Damas). Se trata de un proyecto basado en música medieval y del primer Renacimiento que pretende ser un elogio a la mujer, rindiendo un homenaje a las mujeres y los hombres que allanaron el camino hacia un mundo más inclusivo e igualitario en términos de género, pensando fuera del marco de su propia sociedad y de su tiempo. 

Servir Antico es un grupo inspirado en el ideal del humanismo renacentista, cuyas iniciativas combinan la música histórica -de los siglos XIII al XVI- con elementos para la reflexión, de cara a elaborar propuestas para un futuro más creativo y solidario. Tras ocho años de crear e interpretar programas inspirados en algunos de los pensadores, visionarios, artistas y músicos más fascinantes del pasado, los miembros de la formación han decidido entrar en el estudio para llevar a cabo su primera grabación. Para financiar esta empresa, Servir Antico ha abierto una campaña de crowdfunding en la plataforma Indiegogo, en la que cualquiera que esté interesado puede colaborar, recibiendo una recompensa en función de su aportación económica.

The City of Ladies es un disco inspirado en la visión de dos personajes: Christine de Pizan (1364 - hacia 1431) y el poeta Martin Le Franc (hacia 1410 - 1461). La primera ha sido reconocida como la primera escritora profesional en Europa. Su legado trata diversos temas, desde poemas de amor hasta tratados de política, y en su obra La Ciudad de las Damas plantea la construcción de una ciudad imaginaria, donde cada ladrillo está hecho de la historia de una mujer. Este será un fundamento sobre el que se pueda construir una sociedad en la que las mujeres sean respetadas como iguales por los hombres. Por su parte, Le Franc sigue a Christine en la defensa del papel de la mujer en la historia y la ayuda a escribir una historia más inclusiva sobre la humanidad.

La música que hará de banda sonora de esta hermosa iniciativa incluirá piezas de la época en que vivieron estos dos pensadores, es decir, finales del siglo XIV y la segunda mitad del XV, incluyendo obras del Ars Subtilior o Arte Sutil, con composiciones sensuales y complejas de Baude Cordier, Solage, Grenon y Tapissier, así como otras anónimas, y canciones de principios del Renacimiento, de Gilles Binchois y Pierre Fontaine, Dufay y Ghiselin.

Catalina Vicens asume la dirección de esta singular empresa, además de interpretar el órgano portativo, y le acompañan la soprano Lieselot De Wilde, el alto  Dina König y el tenor Michaël Grébil, así como la mezzosoprano Coline Dutilleul y el instrumentista Nolwenn Le Guern, a la fídula medieval.

Para más información o para participar en la financiación de la grabación, aquí.