miércoles, 14 de julio de 2021

La música en las Novelas Ejemplares de Cervantes

Es de sobra conocida la abundancia de referencias musicales en la obra cervantina. No son pocos los estudiosos que han puesto gran empeño en desentrañar e identificar los nombres de danzas, las canciones y las alusiones a instrumentos que proliferan en las páginas de este genio literario, y que nos ayudan a reconstruir las preferencias de los oídos de aquellos que habitaron en aquel primer Barroco español.

En numerosas escenas, los personajes de Cervantes nos deleitan con algún número musical, ya sea cantando sobre un soneto o un romance, ya bailando la chacona o la zarabanda, ofreciéndonos una información valiosísima de primera mano acerca de las formas artísticas del Siglo de Oro. Hasta el bueno de don Quijote, su creación más emblemática, se atreve a interpretar un canto bajo la ventana de la guasona doncella Altisidora -capítulo XLIV de la segunda parte-, acompañándose de un laúd o de una vihuela, que el autor no lo deja claro, si bien es más que probable que fuese esta última, dada la escasa presencia del laúd en la España renacentista.

Las Novelas Ejemplares no son una excepción, y la música aparece ocasionalmente jalonando las distintas escenas, si bien está más presente en algunos relatos que en otros. Aunque Miguel de Cervantes publica esta colección de novelas en 1613, es probable que fueran escritas en distintas épocas. La obra supone una adaptación del relato breve tan popular en Italia a la literatura española, un esfuerzo que continuará en la primera parte de Don Quijote de la Mancha, cuando incluye entre sus páginas la novela de El curioso impertinente y la historia del cautivo que llega a la venta huido de Argel acompañado de la mora Zoraida.

Doce son las novelas que integran el volumen, si bien solamente hay referencias musicales más o menos concretas en cuatro de ellas, en concreto, La Gitanilla, Rinconete y Cortadillo, La ilustre fregona y El celoso extremeño.

En La Gitanilla la música forma parte de la esencia misma de la historia que cuenta Cervantes, dado que la protagonista, la joven Preciosa, se gana la vida cantando en las calles a cambio de dinero, acompañándose de la percusión de las sonajas y el panderete:

Salió Preciosa rica de villancicos, de coplas, de seguidillas y zarabandas, y de otros versos, especialmente de romances, que los cantaba con especial donaire

El relato está cuajado de versos, que, bien cantados, bien recitados, ofrecen al lector una muestra de las formas poéticas del momento. De esta forma, encontramos sonetos, romances y hasta silvas, combinado endecasílabos y heptasílabos, como las que cantan a dúo Andrés y Clemente, tocando sendas guitarras, pues, nos dice el autor, entrambos eran aficionados a la música.

La novela Rinconete y Cortadillo ha sido a veces asociada con la escena por su estructura y características, y, en concreto con el entremés, como nos recuerda el profesor Manuel Piqueras Flores (La música como elemento constituyente de estructura dramática en las Novelas ejemplares). De esta forma, al igual que en el teatro de la época, el relato incluye un número musical, cuando los personajes cantan unas seguidillas en el patio de Monipodio, acompañándose de instrumentos improvisados:

...la Escalanta, quitándose un chapín, comenzó a tañer en él como en un pandero; la Gananciosa tomó una escoba de palma nueva, que allí se halló acaso, y, rascándola, hizo un son que, aunque ronco y áspero, se concertaba con el del chapín. Monipodio rompió un plato y hizo dos tejoletas, que, puestas entre los dedos y repicadas con gran ligereza, llevaba el contrapunto al chapín y a la escoba.

Sin embargo, es La ilustre fregona la novela que más referencias musicales contiene de todas. Aparte de las coplas, sonetos y romances que se cantan en el texto, aparece una referencia a instrumentos de la época (al son de la arpa y de una vihuela, con maravillosa voz, oyeron cantar este soneto), y otra a danzas (toquen sus zarabandas, chaconas y folías al uso).

Una de las figuras más conocidas y más celebradas del baile barroco es la chacona,  que se supone que llegó a la península ibérica desde los territorios americanos de ultramar. Miguel de Cervantes parece avalar esta tesis en esta novela ejemplar cuando uno de sus personajes canta una chacona definiendo la danza como “esta indiana amulatada”. También da cuenta el escritor del carácter alegre y desenfadado de este baile:

Bulle la risa en el pecho

de quien baila y de quien toca,

del que mira y del que escucha

baile y música sonora.

Finalmente, en El celoso extremeño la música también juega un papel relevante en la trama, puesto que el amante de Leonora -la bella dama encerrada en su casa a cal y canto por su viejo y celoso marido- utiliza sus dotes como cantante y guitarrista para acceder al edificio y seducirla.

Cuando el marido de Leonora cae en un profundo sueño provocado por la droga que le suministran sus criadas, Loaysa, que así se llamaba el pretendiente, es introducido en la casa y monta una verdadera fiesta por la noche con su guitarra y sus cánticos:

Pues, ¿qué diré de lo que ellas sintieron cuando le oyeron tocar el Pésame dello y acabar con el endemoniado son de la zarabanda, nuevo entonces en España? No quedó vieja por bailar, ni moza que no se hiciese pedazos, todo a la sorda y con silencio estraño, poniendo centinelas y espías que avisasen si el viejo despertaba.

La canción francesa de principios del Renacimiento

Le Chansonnier de Bayeux. French Songs From the Early Renaissance 

Duo Brigitte Lesne & Pierre Boragno

Brigitte Lesne y Pierre Boragno son dos intérpretes del colectivo francés de músicos que conforman los conjuntos Alla francesca y Discantus, dos formaciones especializadas en la música medieval que están adscritas al Centre de musique médiévale de Paris (CmmP). La presente grabación, su trabajo discográfico más reciente, la han realizado en formato de dúo, sin el apoyo del resto de los músicos de Alla Francesca y de las voces de Discantus. Y la música que han escogido es una selección de las piezas que contiene el Cancionero de Bayeux, una recopilación de temas profanos del siglo XV.

 

El Cancionero de Bayeux fue recopilado y escrito hacia 1521  para el duque Carlos III de Borbón, uno de los grandes señores de la corte de Luis XII. Se trata de un volumen ricamente ornamentado que actualmente se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, y que es uno de los dos únicos cancioneros franceses que datan de la época del paso del siglo XV al XVI (al otro se le conoce por su número de registro en la biblioteca: Paris BNF 12744).

La obra que nos ocupa consta de 64 canciones populares de finales del siglo XV. Hay piezas de todo tipo de géneros: desde temas de amor a canciones de taberna, coplas satíricas o letras históricas sobre personajes de la Guerra de los Cien Años. Las únicas ausentes del cancionero son las piadosas de corte religioso. Como curiosidad, las iniciales de los títulos de las 16 primeras canciones forman el nombre del noble destinatario de la obra: CHARLES DE BOVRBON. Esta recopilación sienta las bases de la canción francesa posterior.

Lense y Boragno han seleccionado 25 de entre todas ellas para grabarlas e incluirlas en el disco. Utilizando reproducciones de instrumentos medievales han conseguido resucitar estas canciones, y traernos los sonidos evocadores de esa tan lejana época. De esta forma, la voz de Brigitte Lesne es acompañada en las pistas del CD por el arpa gótica, la zanfoña, las flautas de pico o la cornamusa, entre otros.


 

Ambos músicos son miembros del Centre de musique médiévale de Paris (CmmP), una institución que fue creada por artistas y para artistas, como un lugar para la experimentación y la transmisión del conocimiento en la interpretación de la música de la Edad Media. Los conjuntos surgidos en el seno del centro cubren la producción musical entre los siglos IX y XVI.

Por una parte, el ensemble Alla francesca, dirigido por Brigitte Lesne y Pierre Hamon, se dedica a la canción en solitario e instrumental con instrumentos como arpas, laúdes, flautas de pico y travesera, entre otros. El conjunto vocal Discantus está centrado en la música vocal sacra -canto gregoriano y polifonía-, interpretada por mujeres. Finalmente, Pierre Boragno coordina Alta trio, una formación especializada en instrumentos de metal y fanfarrias medievales.

jueves, 8 de julio de 2021

Antonio de Literes y la grandeza del barroco tardío español

Antonio Literes: Sacred cantatas for alto 

Concerto 1700

Si existe un periodo interesante en la historia de la música española -de los muchos que hay- es el que tiene lugar con la llegada del siglo XVIII, donde las formas tradicionales comienzan a mezclarse con los sonidos novedosos procedentes del extranjero, especialmente de Italia. Se trata de una época que ha trabajado extensamente en sus repertorios el conjunto Concerto 1700, que, dirigido por el violinista Daniel Pinteño, ha dedicado su último proyecto discográfico a las cantadas sacras de Antonio de Literes. Las cuatro obras que integran el álbum fueron encontradas en el archivo de la catedral de Guatemala y catalogadas en 2003, pero nunca habían sido grabadas hasta ahora. Esta iniciativa ha sido posible gracias a una beca Leonardo concedida por el BBVA.


Concerto 1700 es un grupo fundado en 2015 que ha centrado su trabajo en la obra de compositores y maestros de capilla españoles del siglo XVIII, que por unas u otras razones no es demasiado conocida por el gran público. De esta forma, entre su discografía reciente encontramos Amoroso Señor, dedicado al organista madrileño José de Torres (1670-1738), e Italy in Spain, integrado por sonatas para violín de finales del siglo XVIII. Antonio Literes: Sacred cantatas for alto pretende arrojar luz sobre la obra religiosa de este compositor, que es la que ha tenido una menor repercusión.

Y es que Literes es más conocido por su música escénica, tanto por las numerosas zarzuelas que escribió, como por sus dos óperas, especialmente por Los elementos, un ejemplo de su trabajo realizado para la nobleza de la época, pues está dedicada a la duquesa de Medina las Torres y Sanlúcar, y que formó parte de los festejos de su cumpleaños. Está inspirada en la Metamorfosis de Ovidio y narra la armonización final del caos y la oscuridad tras la contienda de los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua).

Antonio de Literes, nacido en Mallorca en 1673, llegó a Madrid en 1686 para ingresar en el Real Colegio de Niños Cantorcicos, de forma que siete años después pasó a ocupar el cargo de violón principal en la Real Capilla, donde desempeñó el resto de su carrera. Su obra se encuadra en la encrucijada entre la tradición musical española del siglo XVII y las nuevas formas renovadoras que llegaron de Italia y Francia con los primeros Borbones . De hecho, siguió la estela de cambio que inició Sebastián Durón, desarrollando una línea creativa que ha sido definida como de transición.

Sin embargo, a diferencia de Durón, Literes no sufrió los ataques del fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro, quien en su obra Teatro crítico universal expresa su indignación sobre las influencias italianas que impregnan de artificiosidad y amaneramiento la música que suena en los templos, y suspira por la sobriedad de tiempos pasados. A su juicio, no corresponden al culto los “Menuetes, Recitados, Arietas, Alegros”, pues la composición religiosa debe infundir “gravedad, devoción y modestia”.

Y si condena los esfuerzos renovadores de Sebastián Durón, en cambio se muestra complacido con Antonio de Literes, de quien afirma que es de los compositores “que no han cedido del todo a la moda; o juntamente con ella, saben componer preciosos rectos de la dulce, y majestuosa Música antigua”. En particular, expresa su deseo de que Literes se hubiese dedicado exclusivamente a escribir música sacra porque “el genio de su composición es más propio para fomentar afectos celestiales, que para inspirar amores terrenos”.

 

Con todo, las cuatro cantadas que ha grabado Concerto 1700 hacen gala de una frescura y de un espíritu alegre que contrastan sobremanera con esa gravedad que añoraba el padre Feijoo en los templos. Las piezas recuperadas son Ya por el horizonte (1728), Si el viento (ca. 1725), Cuando a pique, Señor (1733) y De aquel fatal bocado (1730). La voz del contratenor Carlos Mena es acompañada en el disco por los violines de Pinteño y de Pablo Prieto, y por Pablo Zapico, guitarra barroca y tiorba, Jacobo Díaz, oboe, Ignacio Prego, clave y órgano, Ester Domingo, violonchelo, Ismael Campanero, contrabajo, y Ricard Casan, trompeta.

Aunque Antonio Literes: Sacred cantatas for alto tiene un valor musicológico e histórico indudable, lo cierto es que la mera escucha de sus sones tan exquisitos como animosos constituye una experiencia altamente recomendable.