En la segunda mitad del
siglo XVII, y hasta más o menos mediados del XVIII, la viola da gamba conoció
en Francia un era de esplendor como instrumento solista, cuyo principal
impulsor fue Marin Marais. El abad Hubert Le Blanc, en su tratado sobre este
instrumento titulado Défense de la basse
de viole contre les enterprises du violon et les prétentions du violoncelle (1740),
destacó su figura como el más virtuoso y como el fundador de la escuela francesa
de viola. Por desgracia, su nombre se fue olvidando según se iba cerrando el
siglo XVIII, y no es hasta finales del XIX en que la obra de este compositor
reaparece, cuando la editora musical Durand et Fils comienza a publicar
adaptaciones para piano de piezas suyas.
Marin Marais creó escuela
con su técnica de ejecución de la viola de gamba, y tuvo varios alumnos, de los
que conocemos a Boutillier, Sarrau de Boynet, Ernst Christian Hesse y sus
hijos, y, finalmente, Jacques Morel,
que es el protagonista del nuevo trabajo discográfico del conjunto La Spagna. El álbum es una grabación
del Premier Livre de Pièces de Violle, que
publicó Morel en 1709 con una dedicatoria a su maestro: Monsieur Marais Ordinaire de la Musique de la Chambre du Roi.
La Spagna nació en 2009 como un proyecto versátil que
cuenta con un número variable de intérpretes en función del repertorio a
acometer: desde el pequeño número de instrumentos que requiere la música de
cámara, hasta la abundancia de efectivos que necesita una producción orquestal
u operística. El caso que nos ocupa pertenece a la primera clase, por las
características intimistas y de puesta en escena sencilla de la obra, y
solamente ha contado en su grabación con la presencia de dos violas da gamba,
clave y flauta travesera.
Poco se sabe de la vida de
Jacques Morel, aunque Mary Cyr en un artículo (Traditions of Solo Viol Playing in France and the Music of Morel,
1973) aporta algunos datos, como que era el hijo de un librero, y que sirvió en
su juventud en la corte como page de la
musique du roi. Es precisamente en esta época cuando probablemente
coincidió con Marais y se convirtió en alumno suyo. En la dedicatoria del
libro, Morel reconoce su deuda con Marin Marais (“más, señor, tengo la preciosa ventaja de haber sido vuestro alumno, y
me dediqué durante mucho tiempo a estudiar este genio incomparable que habéis
recibido del cielo”) y quiere que el volumen sea testimonio de la
admiración que siente por su maestro (“si
los cantos que he hallado tienen algo de aceptables y de naturales se lo debo a
usted”).
El Premier Livre de Pièces de Violle incluye cuatro suites para viola
de gamba de siete cuerdas y una chacona . Curiosamente, las suites están en las
mismas claves que las que aparecen en el primer libro conocido francés de
música solo para viola, el de Dubuisson (no se conoce ni su nombre de pila) de
1666, que también contiene cuatro de estas piezas en La menor, Re menor, Re
mayor y Sol mayor. Y como en esa obra, Morel incluye en sus suites, tras un
preludio, los movimientos allemande, courante, sarabande y gigue.
Sin embargo, siguiendo el
ejemplo de su maestro Marais, también introduce otros movimientos en las suites
3 y 4. En la tercera, inserta Boutade de
Sainct Germain después del preludio, y en la cuarta, una Fantaisie en la segunda posición
igualmente. Por otro lado, las cuatro incorporan además otros movimientos
después de la giga, como fugas, minués u otros con nombres como La Fanchonnette. Las composiciones de
Morel se acercan -más que las de Marin Marais- al orden sistemático que
alcanzará la suite en manos de Bach, es decir,
preludio-alemanda-corrente-zarabanda-minueto/bourée/gavota-giga.
Otra innovación que
introduce el Premier Livre es que, a
diferencia de Marais, que separaba la parte solista y el bajo continuo en
volúmenes distintos, reúne las dos voces en un mismo sistema -como se hará en
los sucesivo- de forma que cada intérprete pueda ver las partes que tocan los
demás.
El libro de Jacques Morel se
cierra con una chacona a trío para una flauta travesera, una viola da gamba y
bajo continuo. Se trata de la pieza más conocida del compositor, la más
interpretada, y son los “6 únicos minutos
de música que han librado a nuestro compositor del olvido total”, en
palabras de Alejandro Marías.
En la grabación del disco
han intervenido Alejandro Marías (viola da gamba solista), Pablo Garrido (viola
da gamba continuo), Álvaro Marías (flauta travesera) y Jordi Fumadó (clave).
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