Después de su reciente
incursión en la melancolía de la música inglesa de finales del siglo XVI, el
conjunto valenciano Capella de
Ministrers ha dedicado su nuevo trabajo discográfico a las Lamentaciones de Jeremías de Cristóbal de Morales,cuya figura es una
de las cumbres de la polifonía renacentista española. Basadas en un texto del
Antiguo Testamento, que expresa el dolor por la destrucción del Primer Templo de
Jerusalén a manos de los babilonios, las Lamentationes
Hieremiae Prophetae se llegaron a convertir un parte esencial de los ritos
eclesiásticos asociados a los tres días principales de la Semana Santa. .
El disco, titulado Super
Lamentaciones, es el número 60 de la discografía de la formación liderada
por el violagambista Carles Magraner, y recrea la puesta en escena de estas
piezas tal y como se interpretaban en la Real Capilla del emperador Carlos V, a
saber, combinando el canto polifónico con la música de violones o vihuelas de
arco.
El sevillano Cristóbal de Morales junto con Francisco
Guerrero y Tomás Luis de Victoria forman representan la excelencia de la música
religiosa española. Morales nace en junio de 1512, y a los veintitrés años
entra a formar parte de Capilla pontificia de Roma, en donde pasa diez años
bajo el papado de Pablo III. Su talento despunta allí de tal manera que en 1538
se le encarga una obra de circunstancia para celebrar la tregua acordada en
Niza entre Carlos V y Francisco I de Francia. En 1545 regresa a España para
ocupar el cargo de maestro de coro de la catedral de Toledo, para dos años
después dirigirse a Marchena, donde estuvo al servicio del duque de Arcos, Luis Ponce de León y Téllez-Girón. Pasó los últimos años de su
vida como maestro de capilla de la catedral de Málaga hasta su muerte en 1553.
La mayor parte de su obra es
religiosa y está compuesta por numerosas misas y motetes, así como magnificats,
himnos y lamentaciones, como las que nos ocupan. Cuenta el musicólogo Rafael
Mitjana, que el propio Morales concebía la música religiosa con el fin de “dar
al alma nobleza y austeridad”, y, de alguna manera, este principio es el que
contribuye a dar forma a sus creaciones. Otro de los grandes estudiosos de la
música española, Adolfo Salazar (El gran
siglo de la música española en el cuarto centenario de la muerte de Cristóbal
de Morales), incide en la gravedad que caracteriza la composición del
sevillano:
“Vista hoy la música de
Morales, puede observarse que las cualidades de severidad y emoción profunda
que la distinguen fueron acentuándose constantemente en sus misas, motetes y
responsorios. Para lograr su expresión, a veces lacerante, Morales hace uso de
procedimientos armónicos inéditos o poco usados en su época.”
Las lamentaciones de
Cristóbal de Morales siguen la tradición de lamentaciones polifónicas que se
inicia en el siglo XVI con la edición de Petrucci en 1506 de una recopilación
de este tipo de piezas. Aunque existen lamentaciones anteriores que utilizan el
texto de Jeremías -en concreto de Dufay y de Des Prez-, estas no fueron
compuestas como lecciones de maitines de Semana Santa.
Los textos de las
lamentaciones están tomados del Libro de
Jeremías, y constituyen las lecciones I, II y III del primer nocturno de
maitines del Triduo Pascual, el periodo de tiempo en el que la liturgia
cristiana católica y no católica conmemoran la pasión, muerte y resurrección de
Jesús de Nazaret. De acuerdo con Manuel del Sol (Tradición hispana en las lamentaciones polifónicas del oficio de
tinieblas: apuntes sobre "tonus lamentationum" hispanos en el siglo
XVI, 2010), una lamentación consta de cuatro secciones textuales distintas:
introducción o exordium, una letra
acróstica del alefato hebreo (Aleph, Beth, Daleth…), versos seleccionados del
libro de las lamentaciones, y una plegaria final (Hierusalem, Hierusalem, convertere ad Dominum Deum tuum).
La primera edición de la
serie completa de las nueve lecciones de maitines para Semana Santa fueron
compuestas por Cristóbal de Morales e impresas en 1564 por Rampazetto. Se
diferencian de las publicadas anteriormente en que están compuestas para cuatro
o seis voces, hacen gala de una sonoridad más lúgubre, y, por consiguiente,
presentan una gran riqueza y solemnidad.
Capella de Ministrers ha
grabado seis lamentaciones en el presente volumen, y para ellos ha contado para
este repertorio con los cantantes Èlia Casanova (superius), Hugo Bolívar
(altus), Fran Braojos, Albert Riera y Víctor Sordo (tenores), Pablo Acosta (bassus);
y los intérpretes, Carles Magraner, Jordi Comellas, Lixsania Fernández, Pablo
Romero y Leonardo Luckert (violones), y Robert Cases (laúd).
Capella de Ministrers
trabaja desde hace más de tres décadas en la recuperación y difusión del
patrimonio musical que ha rescatado y difundido en más de 1.500 conciertos y
recogido en esmerados trabajos discográficos y en varias participaciones,
recopilatorios y cds promocionales. Su labor investigadora se remonta hasta la
Edad Media en la que ha abordado diferentes culturas. La formación obtuvo el
prestigioso Premio Internacional de Música Clásica (ICMA) y el Premio Carles
Santos en 2018, entre otros muchos galardones a lo largo de su historia.
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