Jacob Kremberg: Musicalische Gemüths-Ergötzung, oder Arien - Dresden,1689 Cantar alla Viola Da Vinci Classics
Nunca acabaremos de agradecer lo suficiente el que haya artistas que se salgan de los caminos trillados de la música clásica para arriesgarse con repertorios poco o nada conocidos por el gran público. Por suerte, cada vez son más los que presentan programas o grabaciones de compositores cuyos nombres quedaron perdidos entre los pliegues del tiempo y cuya obra no ha recibido en la actualidad la suficiente atención. El dúo Cantar alla Viola se suma una vez más a esta tendencia con su nuevo disco dedicado al músico polaco Jacob Kremberg, un monumental lanzamiento en tres cedés que contienen hasta ochenta pistas que cubren la totalidad de la obra Musicalische Gemüths-Ergötzung, oder Arien, publicada en Dresde en 1689.
Cantar alla Viola es un grupo formado por la soprano Nadine Balbeisi y el gambista Fernando Marín, que en 2024 celebró sus veinte años sobre los escenarios con la publicación del disco A Musical Tour, que, de alguna manera, resumía los programas que han ido interpretando a lo largo de su carrera en la forma de un viaje musical de la viola da gamba, desde el Renacimiento hasta el Barroco. Marín y Balbeisi siempre han apostado por dar a conocer a figuras relacionadas con la cuerda frotada con una obra valiosa merecedora de ser difundida, como los británicos Robert Jones y William Corkine, protagonistas respectivamente de dos de los discos del dúo. Ahora le ha tocado el turno a Jacob Kremberg y a su libro de “delicias musicales o arias”, que, parece ser, nunca había sido grabado en su totalidad.
Kremberg nació en Varsovia a mediados del siglo XVII y fue un compositor y laudista que desarrolló una carrera profesional a lo ancho y largo de Europa. Cursó sus estudios en la Universidad de Leipzig y ya en 1677 ejercía como músico de cámara del administrador de la Colegiata de Magdeburgo, aunque un año después figura como miembro de la capilla real sueca. Entre 1682 y 1691 figura como cantante en la capilla de la corte del electorado de Dresde a las órdenes del vicemaestre Nicolaus Adam Strungk; no obstante, entre 1693 y 1695 reaparece en Hamburgo como codirector de la ópera junto a Johann Sigismund Kusser y como escritor de libretos para la escena. Tras una estancia en los Países Bajos, en concreto en la Universidad de Leiden, la pista de Jacob Kremberg conduce hasta Londres, ciudad en la que en 1697 organiza una serie de conciertos en la Hickford's Dancing School, y, en 1702, reside en Escocia ejerciendo como maestro de música de los hijos de Lady Grisell Baillie, de Mellerstain House, Berwickshire. Finalmente, el colofón de su agitada carrera es un puesto como músico en la corte inglesa, que desempeñará desde 1706 hasta su muerte en 1715.
La obra que nos ocupa, Musicalische Gemüths-Ergötzung, oder Arien, fue escrita en 1689 durante su estancia en la ciudad de Dresde. El título completo nos da una idea de la naturaleza de este trabajo: Delicias musicales, o arias, junto con sus poemas en alto alemán, en parte obra de personalidades de alto rango y personas excelentes, en parte de mi propia invención. Están arregladas para ser cantadas a una sola voz junto al bajo continuo, o interpretadas simultáneamente y especialmente con laúd, angélica, viola da gamba y chitarra. Todas ellas realizadas al más moderno estilo italiano y francés con gran esfuerzo y diligencia, y arregladas con total comodidad para la mano, según la naturaleza y las características de cada instrumento. Como curiosidad, destacar que Kremberg es uno de los pocos compositores que han escrito música para angélica o angélique, un instrumento barroco similar a la tiorba que constaba de dieciséis cuerdas.
Se trata de un repertorio que se ajusta a la perfección al estilo de Cantar alla Viola, cuya especialidad se centra en la música vocal acompañada de la cuerda frotada. El proyecto consta de cuarenta arias con cuarenta solos para soprano y viola da gamba en doce scordaturas o afinaciones distintas. La magnitud de la grabación ha requerido la construcción de dos instrumentos copiados de modelos que alberga el Museo de Núremberg: la viola da Gamba de Franz Zacher (1693), que suena en los dos primeros discos, y la de Mathias Regenspurger (1682), presente en el tercero.
Nadine Balbeisi y Fernando Marín vuelven a ofrecer un trabajo de exquisita facturación que nos acerca toda la emotiva belleza de la creación de Kremberg, con una ejecución cuidada y detallista que es ya un sello de la casa.

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