Dado lo oculto y desconocido del patrimonio musical español renacentista, resulta grato y necesario cualquier esfuerzo llevado a cabo para acercarle al gran público la grandeza de todos aquellos músicos que vivieron y compusieron bajo los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II. Son muchos los nombres y las piezas que habría que citar para empezar a pintar un fresco de la cultura musical de la época, pero como hay que centrarse en algo concreto y seleccionar, el conjunto navarro Secretvm ha decidido elegir la obra del pacense Juan Vázquez como eje de su opera prima discográfica Salga la luna.
Secretvm es un proyecto musical con sede en Pamplona que, en palabras de sus miembros, nace de la necesidad de difundir propuestas música antigua en formatos novedosos, dirigidos a un público cada vez más amplio y exigente. De ahí que adquiera la estructura de una formación flexible en función de los programas interpretados, dado que sus miembros militan en paralelo en otros conocidos conjuntos de música antigua como Durendal, La Galanía o Capella de Ministrers, entre otros.
El conjunto está compuesto por las voces de Raquel Andueza e Íñigo Casalí, por las vihuelas de arco de Sergio Barcellona, Irene Benito y Sorkunde Idígoras, la vihuela de mano de Jesús Fernández y la percusión de Daniel Garay.
El CD Salga la luna se centra en la parte de la composición profana de Juan Vázquez y en concreto es una selección procedente de la antología Recopilación de sonetos y villancicos a cuatro y cinco voces publicada en Sevilla en 1560. Diecisiete temas en total que ponen en evidencia la increíble sensibilidad poética y dulzura que impregnan las creaciones del extremeño, envueltos en una edición cuidada a la que acompaña abundante información sobre Vázquez y su obra.
Quizá antes de introducir la figura de Juan Vázquez convendría introducir una cuestión que aborda Sergio Barcellona en el libreto que acompaña el disco y que no es otra que el enigma de la escasez de repertorio profano impreso o manuscrito en la península ibérica. En otras palabras, ¿por qué la producción musical en el Renacimiento en nuestro país es mayormente litúrgica, a diferencia de lo que ocurría en la época en otras naciones europeas?
Las respuestas a este problema podrían ser varias: la formación eclesiástica de gran parte de los compositores hispanos, lo escueto de la producción musical impresa en nuestro país, especialmente de música vocal, y finalmente, la posibilidad de que la música profana se transmitiese de forma oral.
El primer punto es indiscutible, efectivamente eran numerosos los músicos que estaban relacionados de una forma u otra con la Iglesia. El mismo Vázquez inició su carrera musical como niño cantor en su ciudad natal y ejerció como maestro de capilla en distintas plazas.
El tema de la falta de actividad de imprenta no era baladí, según reconoce el profesor Samuel Rubio (Historia de la música española. Desde el ars nova hasta 1600, 1983): “viéndose en consecuencia condenados nuestros polifonistas a no ver publicadas sus obras si no tenían la oportunidad de hacerlo en países más afortunados, como podían ser Italia, Francia y Países Bajos”. Bien es verdad que este es el caso de compositores de la época como Mateo Flecha “el Viejo”, Diego Ortiz o Cristobal de Morales, pero no de Juan Váquez cuyas obras fueron publicadas en España, en Sevilla y Osuna, en concreto.
Una hipótesis adicional es que las obras profanas eran transmitidas de forma oral en el Renacimiento, lo que explicaría la escasez de un repertorio impreso o manuscrito.
Juan Vázquez pertenece a la generación de polifonistas que vivió y trabajó durante el reinado del emperador Carlos I, y que está compuesta además de Vázquez por nombres como Juan Escribano, Pedro Pastrana, Mateo Flecha “el Viejo”, Bartolomé Escobedo, Cristóbal de Morales, y Diego Ortiz.
Aunque se sabe poco de los orígenes de Vázquez, aparte de que era extremeño de Badajoz, su figura aparece hacia 1530 en esta misma ciudad como cantor de capilla y posteriormente como maestro de los niños cantorcicos, a los que enseñaba canto llano, canto de órgano y de contrapunto.
En 1539 le encontramos mucho más al norte, en Palencia para más señas, donde ejerce también de cantor. Subraya el profesor Samuel Rubio al hablar de la vida de Juan Vázquez la importancia de este hecho, pues le pone en contacto con las capillas castellanas y con los músicos de las casas de los nobles, lo que justifica que su obra sea conocida y reproducida por los vihuelistas.
Vuelve a Badajoz en 1545 como maestro de capilla, pero cinco años más tarde se establece en Andalucía para trabajar en la casa de Antonio de Zúñiga. En esta región entabla relación con músicos de la talla de Cristobal de Morales y Francisco de Guerrero y edita los tres libros que han llegado hasta nosotros, dos de ellos de música profana: Villancicos y canciones (Osuna, 1551) y el que nos ocupa, Recopilación de sonetos y villancicos a cuatro y cinco voces, publicado en Sevilla en 1560.
Secretvm ha realizado en este disco una selección de entre las sesenta y siete piezas que contiene Recopilación de sonetos…, la mayor parte de las cuales son villancicos y, a pesar del título, solamente hay seis sonetos y catorce canciones cortesanas. La obra de Juan Vázquez recoge algunos temas muy conocidos en la época que aparecen en los Cancioneros del Duque de Calabria y de Palacio, así como en los libros para cifra de los vihuelistas Mudarra, Valderrábano, Pisador, Fuenllana y Daza.
Son los villancicos textos de marcado carácter popular que arrastran la tradición medieval de las “canciones de amigo” y que suelen estar escritos para ser cantados desde el punto de vista femenino.
La interpretación de Secretvm se basa en utilizar no más de dos voces acompañadas de instrumentos para interpretar esta música polifónica. Justifican su decisión de la siguiente manera:
Secretvm es un proyecto musical con sede en Pamplona que, en palabras de sus miembros, nace de la necesidad de difundir propuestas música antigua en formatos novedosos, dirigidos a un público cada vez más amplio y exigente. De ahí que adquiera la estructura de una formación flexible en función de los programas interpretados, dado que sus miembros militan en paralelo en otros conocidos conjuntos de música antigua como Durendal, La Galanía o Capella de Ministrers, entre otros.
El conjunto está compuesto por las voces de Raquel Andueza e Íñigo Casalí, por las vihuelas de arco de Sergio Barcellona, Irene Benito y Sorkunde Idígoras, la vihuela de mano de Jesús Fernández y la percusión de Daniel Garay.
El CD Salga la luna se centra en la parte de la composición profana de Juan Vázquez y en concreto es una selección procedente de la antología Recopilación de sonetos y villancicos a cuatro y cinco voces publicada en Sevilla en 1560. Diecisiete temas en total que ponen en evidencia la increíble sensibilidad poética y dulzura que impregnan las creaciones del extremeño, envueltos en una edición cuidada a la que acompaña abundante información sobre Vázquez y su obra.
Quizá antes de introducir la figura de Juan Vázquez convendría introducir una cuestión que aborda Sergio Barcellona en el libreto que acompaña el disco y que no es otra que el enigma de la escasez de repertorio profano impreso o manuscrito en la península ibérica. En otras palabras, ¿por qué la producción musical en el Renacimiento en nuestro país es mayormente litúrgica, a diferencia de lo que ocurría en la época en otras naciones europeas?
Las respuestas a este problema podrían ser varias: la formación eclesiástica de gran parte de los compositores hispanos, lo escueto de la producción musical impresa en nuestro país, especialmente de música vocal, y finalmente, la posibilidad de que la música profana se transmitiese de forma oral.
El primer punto es indiscutible, efectivamente eran numerosos los músicos que estaban relacionados de una forma u otra con la Iglesia. El mismo Vázquez inició su carrera musical como niño cantor en su ciudad natal y ejerció como maestro de capilla en distintas plazas.
El tema de la falta de actividad de imprenta no era baladí, según reconoce el profesor Samuel Rubio (Historia de la música española. Desde el ars nova hasta 1600, 1983): “viéndose en consecuencia condenados nuestros polifonistas a no ver publicadas sus obras si no tenían la oportunidad de hacerlo en países más afortunados, como podían ser Italia, Francia y Países Bajos”. Bien es verdad que este es el caso de compositores de la época como Mateo Flecha “el Viejo”, Diego Ortiz o Cristobal de Morales, pero no de Juan Váquez cuyas obras fueron publicadas en España, en Sevilla y Osuna, en concreto.
Una hipótesis adicional es que las obras profanas eran transmitidas de forma oral en el Renacimiento, lo que explicaría la escasez de un repertorio impreso o manuscrito.
Juan Vázquez pertenece a la generación de polifonistas que vivió y trabajó durante el reinado del emperador Carlos I, y que está compuesta además de Vázquez por nombres como Juan Escribano, Pedro Pastrana, Mateo Flecha “el Viejo”, Bartolomé Escobedo, Cristóbal de Morales, y Diego Ortiz.
Aunque se sabe poco de los orígenes de Vázquez, aparte de que era extremeño de Badajoz, su figura aparece hacia 1530 en esta misma ciudad como cantor de capilla y posteriormente como maestro de los niños cantorcicos, a los que enseñaba canto llano, canto de órgano y de contrapunto.
En 1539 le encontramos mucho más al norte, en Palencia para más señas, donde ejerce también de cantor. Subraya el profesor Samuel Rubio al hablar de la vida de Juan Vázquez la importancia de este hecho, pues le pone en contacto con las capillas castellanas y con los músicos de las casas de los nobles, lo que justifica que su obra sea conocida y reproducida por los vihuelistas.
Vuelve a Badajoz en 1545 como maestro de capilla, pero cinco años más tarde se establece en Andalucía para trabajar en la casa de Antonio de Zúñiga. En esta región entabla relación con músicos de la talla de Cristobal de Morales y Francisco de Guerrero y edita los tres libros que han llegado hasta nosotros, dos de ellos de música profana: Villancicos y canciones (Osuna, 1551) y el que nos ocupa, Recopilación de sonetos y villancicos a cuatro y cinco voces, publicado en Sevilla en 1560.
Secretvm ha realizado en este disco una selección de entre las sesenta y siete piezas que contiene Recopilación de sonetos…, la mayor parte de las cuales son villancicos y, a pesar del título, solamente hay seis sonetos y catorce canciones cortesanas. La obra de Juan Vázquez recoge algunos temas muy conocidos en la época que aparecen en los Cancioneros del Duque de Calabria y de Palacio, así como en los libros para cifra de los vihuelistas Mudarra, Valderrábano, Pisador, Fuenllana y Daza.
Son los villancicos textos de marcado carácter popular que arrastran la tradición medieval de las “canciones de amigo” y que suelen estar escritos para ser cantados desde el punto de vista femenino.
La interpretación de Secretvm se basa en utilizar no más de dos voces acompañadas de instrumentos para interpretar esta música polifónica. Justifican su decisión de la siguiente manera:
“Nuestra intención era poner en relieve el material melódico-poético, casi siempre de origen popular, en el que se basa cada composición, manteniendo claro al mismo tiempo el entramado polifónico que en los arreglos de los vihuelistas de la época suele quedar inevitablemente simplificado.”
El resultado no puede ser más atractivo: unos temas de una gran riqueza melódica con unos textos de gran lirismo que se entienden al ser cantados (a diferencia de lo que ocurre a veces con la polifonía a muchas voces), acompañados de una instrumentación basada en flautas y vihuelas de arco y de mano, que eran instrumentos comunes que se utilizaban de ordinario en el siglo XVI la interpretación de música cortesana.
Para acabar, solamente advertir que Salga la luna solamente se puede adquirir a través de la web de Secretvm o en la librería Walden de Pamplona.
Para acabar, solamente advertir que Salga la luna solamente se puede adquirir a través de la web de Secretvm o en la librería Walden de Pamplona.
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