A pesar de que sigue siendo desconocida para el gran público, y para no pocos melómanos, el sector de la música antigua en nuestro país no hace más que producir propuestas y productos muy interesantes, a menudo fruto de la investigación y huyendo de lugares comunes. Un buen ejemplo de esto es el lanzamiento discográfico de la joven soprano cacereña Delia Agúndez, que bajo el título The Purcells, nos introduce en el Barroco tardío inglés, y en concreto, en la obra de estos dos personajes, el archifamoso Henry y su eclipsado hermano menor, Daniel.
Resulta gratificante el esfuerzo llevado a cabo por Agúndez por sacar a la luz la figura de Daniel Purcell a través de una serie de piezas para voz sola y continuo que ponen en evidencia su capacidad para componer obras de delicada belleza, una habilidad no demasiado distante de la de Henry.
Daniel Purcell, nacido en 1664, entró a formar parte del coro de la Capilla Real a los catorce años siguiendo los pasos de su hermano que lo había hecho a los seis. El ejercicio de la música era una tradición familiar pues el padre, Henry, era igualmente caballero de la Capilla Real, lo que implicaba que cantaba en el coro y que ocasionalmente tocaba el órgano, y el hermano de éste, Thomas, había sucedido a Henry Lawes como laudista de la corte.
Cuando alcanzó la veintena fue nombrado organista del Magdalen College de Oxford, época en la que empieza a componer, hasta que se traslada a Londres y empieza a escribir música para la escena. Uno de sus primeros encargos fue concluir la música de la semi ópera The Indian Queen, que escribió su hermano Henry, pero que no pudo acabar al enfermar y morir. Daniel Purcell llegó a musicar hasta cuarenta obras teatrales, además de componer sonatas instrumentales, himnos, odas, cantatas y canciones. Parece ser que también ha pasado a la historia como un gran bromista, a juzgar por los testimonios de sus contemporáneos.
Delia Agúndez llevó a cabo un intenso trabajo de investigación para localizar algunas de las partituras que componen el disco, lo que la llevo a la Universidad de Cambridge tras el rastro de los hermanos Purcell. De Daniel nos trae las cantatas Septimius and Acme, Apollo and Daphne y Within a Verdant Grove. Henry está representado por O solitude my sweetest choice, por el himno Now that the sun hath veiled its light y por She loves and she confesses too, entre otras piezas.
El CD presenta un sonido claro y preciso, tanto en la voz de Delia Agúndez, como en los músicos que la acompañan en la grabación, que son Manuel Minguillón (archilaúd y guitarra barroca), Laura Puerto (clave y órgano) y Ruth Verona (violonchelo).
The Purcells es una pequeña joya que, aparte de su valor musicológico, resulta bellísimo al oído por lo sutil de las partituras y el cuidado puesto en la interpretación.
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