Determinadas
fuentes distinguen entre los trovadores, que escribían en lengua de
oc en el sur de Francia, y los troveros, siendo
éstos poetas de lengua de oil al norte del Loira. El contacto entre
ambas ramas se fija en la época de la cruzada de 1147. Se calcula
que los trovadores nos han dejado en torno a 2.600 canciones y 259
melodías, y los troveros unas 4.000 canciones con 1.400 melodías.
Pero, ¿sobre qué temas cantaban todos estos poetas?
Pues
básicamente sus composiciones se articulaban en torno a dos ejes:
amor-naturaleza y lealtad-heroísmo. El primero está asociado al
amor cortés y a las veladas cortesanas de salón; el segundo
desciende del cantar de gesta de la Alta Edad Media, como por ejemplo
la Chanson de Roland.
A partir de esta primera división surgen distintos géneros que
describen la gran variedad musical de la época. A continuación
expongo algunos ejemplos.
La cansó es la canción amatoria por excelencia,
mientras que el denominado serventés es más bien una
sátira política.
Las canciones de historia o canciones con
personajes eran herederas del cantar de gesta altomedieval y
se componían de un número de estrofas que se cantaban con una
melodía muy simple que se repetía en cada grupo de versos.
De estructura parecida eran las chansons de toile,
canciones de telar o de rueca, que las mujeres cantaban al hilar: una
melodía repetitiva sobre un número indefinido de estrofas.
La pastorela era un género de canción que constituía
un diálogo entre un caballero y una pastora, y en el que la moza
solía dar mayores muestras de ingenio y viveza que el señor.
Las reverdies están asociadas a la primavera, cuando
la naturaleza y los amores reverdecen.
Por otro lado, las canciones del alba cuentas los
amores nocturnos e ilícitos de dos amantes y el aviso de una tercera
persona, un amigo del caballero, de la llegada del alba y la
necesidad de separarse.
Las canciones corteses eran utilizadas por los
contendientes de torneos poéticos para elucubrar sobre el amor. El
caballero enamorado alaba a su amada, a veces desconocida por él, en
términos tan elevador como abstractos.
Había también un género de piezas de corte religioso, las
canciones piadosas, que en Italia adquieren el nombre
de laudi y que a España llegan con los peregrinos del Camino
de Santiago.
Son tan solo algunos ejemplos de la riqueza musical de la cultura
trovadoresca del siglo XII.
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