Los ingleses del siglo XVII eran muy aficionados a la danza. Como ocurre en otros países en la misma época, existía una diferencia notable entre la forma de bailar de la nobleza y la del pueblo llano. Para la primera, en danzar consistía en acompañar la música con movimientos más o menos contenidos; la plebe, por contra, ejecutaba movimientos más violentos, a menudo danzando en círculo con las manos unidas.
Louis C. Elson (Shakespeare in Music, 1901) afirma que gran parte de las danzas que se bailaban en la Inglaterra de la época tenían su origen en España y que tenían influencia árabe. Uno de los más famosos bailes de las islas, el denominado Morris Dance, lo asocia Elson al término morisco (Moorish) y señala su origen medieval hispano. Parece ser que llegó de la Península Ibérica en la Edad Media y que en tierras británicas se fundió con una suerte de danza anterior, una especie de pantomima musical sobre la figura de Robin Hood y sus alegres camaradas.
La danza Morris tiene referencias desde el reinado de Enrique VII, es decir desde el último cuarto del siglo XV, y siempre con referencias a los personajes Robin Hood, Marian y Fray Tuck. La popularidad de la Morris creció durante el siglo siguiente e incluso William Kemp, un cómico de moda -y se cree que amigo de Shakespeare-, realizó en 1599 la hazaña de recorrer las 110 millas que separan Londres de Norwich ejecutando este baile.
Muchas de las danzas de la época debían ser también cantadas. Louis C. Elson establece una relación entre el término italiano ballare (bailar) y el anglosajón ballad (balada). También menciona un género de madrigal muy popular en la música renacentista británica conocido como ballet, en el que destaca el compositor Thomas Morley.
Precisamente, tanto Morley como otro madrigalista de la época, Thomas Weelkes, establecen en algunas de sus obras la relación entre danza y canto. Thomas Morley en Thyrsis and Chloris escribe:
“...They danced to and fro, and finely flaunted it,
And then both met again, and thus they chaunted it”
Mientras que Weelkes expresa aún más claro cómo los pastores danzan en círculo a la vez que cantan:
“All sheperds in a ring
Shall dancing ever sing”
Aquellos bailes grupales ejecutados en círculo recibían el nombre en Inglaterra de round o roundel. En la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano, Titania probablemente se refiere a ello -al baile circular acompañado de canto-, cuando dice (acto II, escena 2):
“Come, now a roundel and a fairy song”
Las obras del escritor de Stratford incluyen un verdadero catálogo de danzas de la época. Por ejemplo, Noche de reyes. En la escena tercera del primer acto, Sir Toby Belch y Sir Andrew Aguecheek conversan mencionando los nombres de bailes, como galliard, sink-a-pace, measure, pavin, jig, coranto…
La denominada galliard, que entiendo será nuestra gallarda, la define el musicólogo alemán renacentista Michael Praetorius como una “invención del Diablo”, que se ejecuta con “gestos obscenos y movimientos inmodestos”. En Inglaterra era a veces denominada Romanesca por su origen romano.
Otra danza que mencionan Sir Toby y Sir Andrew en su diálogo es el sink-a-pace, el cinq-pas o cinco pasos. Curiosamente, otro personaje de Shakespeare, Beatrice, compara en Mucho ruido y pocas nueces el cinq-pas con el paso inestable y tembloroso de la tercera edad:
“For, hear me, Hero: wooing, wedding, and repenting, is as a Scotch jig, a measure, and a cinque pace: the first suit is hot and hasty, like a Scotch jig, and full as fantastical; the wedding, mannerly-modest, as a measure, full of state and ancientry; and then comes repentance and, with his bad legs, falls into the cinque pace faster and faster, till he sink into his grave.”
Beatrice es uno de los personajes femeninos más atractivos de todas la creaciones del bardo y sus enfrentamientos con Benedick, que acabará convirtiéndose en su amante, de lo mejor de la obra. En el pasaje anterior está comparando las fases de una relación amorosa con danzas de la época. La seducción es como una giga escocesa, plena y fantástica; el casamiento, pomposo y amanerado como un measure, formato que trataremos más adelante; finalmente, el arrepentimiento es como bailar el cinque pace con las piernas débiles, cada vez más rápido, hasta caer dentro de la tumba.
El denominado measure, que anticipábamos arriba, era un baile elevado y elegante, en parte parecido al minueto. Puede que el nombre derive de una danza llamada passa-mezzo, que era lenta, pero no tanto como la pavana (pavin o pavane), también mencionada por Sir Toby, considerada la más flemática de las danzas en tempo 4/4.
El texto de Noche de reyes menciona también el coranto o courante, una danza rápida en ritmo 3 por 4 o 3 por 8 que suele aparecer la segunda en las suites de Bach y de Handel. Finalmente, la jig o giga era un baile impetuoso, generalmente en un compás 6 por 8, aunque podía aparecer como 12 por 8 y 3 por 8. Las más características son las gigas escocesas e irlandesas, que han llegado hasta nosotros dentro del acervo de la música popular de esas regiones.
En otra obra de William Shakespeare, Trabajos de amor perdidos, encontramos dos danzas más mencionadas, que entendemos estaban de moda en la época. En concreto, en la primera escena del tercer acto, el español Adriano de Armado y su paje Moth mencionan el brawl francés y el canary.
Brawl, baile de estética medieval, deviene del término francés branle, y en él una pareja de danzantes realizan pasos que son imitados por una línea de seguidores. El canary lo describe Louis C. Elson en su libro como una especie de giga, pero no tan rápido como esta, interpretado en ritmos de 3 por 8 o 6 por 8. Entendemos que estará relacionado con los populares canarios españoles.
Volviendo a la obra Noche de reyes, el personaje del payaso hace alusión en la segunda escena del cuarto acto a una nueva danza, el hornpipe. Hereda su nombre de un instrumento musical, una especie de cuerno tocado por pastores, y tiene un origen ancestral en Inglaterra.
Para cerrar esta breve relación de danzas inglesas del siglo XVII, Elson menciona que Shakespeare a menudo alude a dump, una composición bailable que también podía interpretarse únicamente como mera pieza instrumental. Su origen sería centroeuropeo y era una danza lenta y quejumbrosa.
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