En febrero de 2014 este
blog cumplirá tres años. La verdad es que cuando lo abrí no
sospechaba que tendría tanto que decir sobre música antigua. Pero
lo cierto es que los posts se han ido sucediendo regularmente, aunque
no con poco trabajo de documentación y redacción.
Lo más interesante de
todo esto es que lo que empezó como una iniciativa estrictamente
personal me ha permitido colaborar en otras publicaciones digitales
especializadas. En mayo de 2011 me fue publicado el primer artículo
en Coralea.com y un año después entré a publicar
semanalmente en MúsicaAntigua.com. Ni que decir tiene que
trabajar en equipo con otros es mucho más gratificante...
Yo empecé a escribir en
Soledad Tengo de Ti para
intentar transmitir a gente no familiarizada con la música de épocas
distantes en el tiempo su valor, y sobre todo, lo que me más me
gustaba a mí de ella. Por suerte o por desgracia, algunos textos de
los blogs en los que participo llegan a profesionales del sector y no
son pocas las correcciones y matizaciones que recibo en forma de
comentarios. Sin embargo, este año me han llegado en alguna ocasión
verdaderas lapidaciones desde el mundo académico, conminándome a
dejar escribir sobre lo que, consideran, no tengo ni idea.
A
dichos ataques he contestado que los cuatro pardillos que escribimos
sobre esto, “sin tener ni idea”, contribuimos no poco a atraer a
la gente a este tipo de música de la que viven estos lumbreras que
nos critican, y que parece que quieren que su entorno siga siendo un
jardín muerto y decadente que no interesa a nadie. Por supuesto,
esto no va con la mayoría de los expertos y músicos con los que he
empezado a tratar, especialmente a través de redes sociales, y que
son gente muy maja, accesible, y agradecida, si se habla de su
trabajo en un blog, por humilde que éste pueda ser.
Pero
con todo, como dicen los famosos en los programas del corazón, el
balance es positivo: a pesar de que me duelen las críticas
destructivas sobre mis textos, hay motivos suficientes que me animan
a seguir adelante.
No
obstante, pido perdón por todas las inexactitudes y por la falta de
rigor académico que pueden, solamente a veces creo, presentar mis
textos. También quiero recordar que la música antigua no es una
ciencia exacta sino más bien una labor de arqueología y
reconstrucción. Y que el último fin es pasarlo bien con algo que
nos gusta y disfrutar de esos sonidos que nos hacen viajar en el
tiempo.
En
fin, que os agradezco mucho a los que leéis esto vuestro interés y
ojalá que consiga convertir a nuevos acólitos de los sones de la
vihuela y la viola de gamba.
Feliz
año 2014, en el que seguiremos incordiando con los temas más
peregrinos.
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