lunes, 27 de febrero de 2023

Accademia Bizantina y la cumbre del Händel instrumental

 


The Exciting Sound of Baroque Music

Händel. Concerti Grossi Op. 3 & Op. 6

Accademia Bizantina y Ottavio Dantone

 

Los concerti grossi de Georg Friedrich Händel están considerados como su mayor aportación a la música instrumental y, para algunos, constituyen, junto con los Conciertos de Brandeburgo de Bach, la apoteosis del concierto barroco y de las más altas expresiones artísticas del siglo XVIII. El último trabajo discográfico del conjunto italiano Accademia Bizantina ha sido precisamente la grabación de los Concerti Grossi op. 3 y op.6 del músico alemán, presentados con todo lujo en una caja contenedora de cuatros discos y de un libro de más de cien páginas, que describe en una edición a todo color la importancia de la obra en sí y los pormenores de la gestación de esta versión dirigida por el clavecinista Ottavio Dantone. Más que un producto discográfico, Accademia Bizantina nos ofrece una apasionante experiencia.

El grupo Accademia Bizantina fue fundado en Ravenna hace ahora cuarenta años, y nace con la intención de “interpretar música como un gran cuarteto”. Desde 1996, Ottavio Dantone ejerce la dirección artística y musical del ensemble, y ha sido el responsable de incorporar el estudio y la investigación filológica como base para la interpretación de la música del período barroco. La formación cuenta en su haber con más de cuarenta grabaciones discográficas para sellos de reconocido prestigio, como Decca, Deutsche Grammophon, Harmonia Mundi, Naïve Classique, Alpha, Onyx, y también para su propio sello, HDB Sonus. En 2021 fue elegida la segunda mejor orquesta del mundo en los prestigiosos Gramophone Awards que otorga la revista británica Gramophone.

Los concerto grossi de Händel son para el musicólogo Manfred Bukofzer su contribución más significativa a la música instrumental de la época. Los grabados por la Accademia Bizantina son los pertenecientes a la op.3, seis conciertos para instrumentos de viento y cuerda (a veces denominados conciertos para oboe), y los de la op.6, que suman doce conciertos para cuerda.

El formato conocido como concerto grosso constituye una forma primitiva de concierto barroco en la que un grupo de instrumentos solistas, el denominado concertino, se enfrenta al resto de la orquesta, denominada en este contexto ripieno o tutti. Sus raíces pueden rastrearse en el uso del contraste tutti-solo en las canzonas de Giovanni Gabrieli y la Escuela Veneciana, pero se considera a Alessandro Stradella el primer creador de piezas para concertino y ripieno, en la década de 1670, aunque todavía no utilizaba el nombre de concerto grosso para denominar este formato.

Un amigo de Stradella, Arcangelo Corelli, es considerado como el primer compositor en crear concerti grossi como tales. Conocido como “il Bolognese” por su relación con la Escuela de Bolonia, dejó doce de estas piezas que integran su op.6 fechada en 1714. Corelli dividía la orquesta en dos grupos, el concertino o solo y el tutti o concerto grosso, y ambos contaban con un continuo. Händel también cultivó este género, y aportó la inclusión de instrumentos de viento en el ripieno.

La primera serie de concerti grossi de Händel que incluye la grabación de Accademia Bizantina -los seis que integran la op.3- fueron compuestos en los años sucesivos a su viaje a Italia, entre 1710 y 1715, para ser publicados definitivamente en Londres en 1734, una época difícil para el compositor. Sus óperas ya no despertaban tanta admiración, en parte por la competencia existente y en parte por el cambio que estaba teniendo lugar en la moda, y empezó a volcarse en la creación de oratorios como alternativa. De hecho, tanto estos concerti grossi como los conciertos para órgano (publicados en 1738 como op.4), fueron concebidos como piezas instrumentales para ser interpretadas en los intermedios de los oratorios.

Ottavio Dantone refiere que las piezas que integran la op.3 fueron recopiladas y publicadas por Walsh sin el conocimiento de Händel, y tienen una procedencia muy dispar, motivo por el cual presentan una serie de incongruencias compositivas y estructurales. Es por ello que Dantone ha preferido reconstruir estos concerti en base a su criterio musicológico, antes que seguir el modelo original al pie de la letra.

El impresor inglés John Walsh había sido el responsable de las ediciones de 1734 y 1738. Händel vivió esta década inmerso en una crisis de popularidad y sufriendo estrecheces financieras. Dada la aceptación que habían tenido en Inglaterra los concerti grossi de Arcangelo Corelli y Francesco Geminiani, Walsh le sugirió la composición de nuevas piezas de este género, que serían comercializadas bajo la fórmula de la suscripción. Händel compuso los doce conciertos de la que sería su opus 6 durante el otoño de 1739, y Walsh los puso a disposición de los suscriptores -entre los que se encontraban miembros de la familia real británica- en abril de 1740.

Para el musicólogo Bernardo Ticci, que ha colaborado en la redacción de las notas que acompañan al disco, los Concerti Grossi op.6 son “un ejemplo extraordinario de fusión del estilo francés con el ágil y fluido estilo italiano; dos lenguajes que Händel hizo propios y transformó en algo nuevo, completamente personal y característico”. De hecho, y como era costumbre en la época, Händel tomó material prestado de su propia obra y de la de otros compositores, y los movimientos son extremadamente variados, combinando distintos formatos y estilos, como oberturas francesas, fugas y danzas inglesas, francesas e italianas.

El trabajo de Ottavio Dantone y de la Accademia Bizantina logra recrear toda la    majestuosidad, la gracia y el refinamiento de estos concerti grossi, que constituyen un verdadero monumento de la música instrumental del Barroco.

 

 

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