viernes, 7 de octubre de 2022

Cantoría y las ensaladas de Mateo Flecha el Viejo

 


Ensaladas. El Fuego, El Toro and other works by Mateo Flecha “el Viejo”

Cantoría

 

El grupo vocal de polifonía renacentista Cantoría ha dedicado su ópera prima al trabajo de Mateo Flecha el Viejo, más en concreto, a la ensalada, género característico de la música española del siglo XVI. Este joven ensemble está compuesto por Inés Alonso, Oriol Guimerà, Jorge Losana y Valentín Miralles, y tiene su génesis en 2016 en el seno de la Escuela Superior de Música de Cataluña ESMUC, con sede en Barcelona.

A pesar de su corta trayectoria, Cantoría fue seleccionado en 2018 por EEEmerging, un programa europeo de cooperación para el fomento de ensembles emergentes, donde obtuvo el Audience Prize. Los cuatro miembros han enriquecido su experiencia profesional participando en residencias artísticas de La Cité de la Voix de Vézelay (2018), Ghislierimusica de Pavía (2019), en proyectos como MusaE (2018 y 2019) del Ministerio de Cultura y Deporte, en el reputado circuito FestClásica (2019) de la Asociación Española de Festivales de Música Clásica o EXCENARIO, el Catálogo musical de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) (2020, 2021).

La primera grabación del grupo tiene como protagonista a Mateo Flecha el Viejo, verdadero icono del Renacimiento español gracias a las ensaladas que compuso y que publicó en Praga su sobrino Mateo Flecha el Joven -también compositor y uno de los escasos madrigalistas que conoció nuestro país-, en el año 1581, es decir, casi treinta años después de la muerte de su tío.

La ensalada es un formato musical español autóctono, que Dionisio Preciado (La canción tradicional española en las "ensaladas" de Mateo Flecha, el Viejo, 1987) califica de “escénico”, puesto que defiende, siguiendo la opinión de musicólogos como Rafael Mitjana y Felipe Pedrell, que este tipo de piezas fueron compuestas para su representación teatral. Los miembros de Cantoría hacen gala en el disco de este espíritu dramático, llevando su interpretación más allá del terreno musical, haciendo gala de una gran frescura y expresividad, y, en ocasiones, de un notable sentido del humor.

No deja de sorprender lo singular de este género. Una ensalada es una pieza polifónica muy variada, que incluye, coros, dúos y solos, y que, generalmente, combina de forma sucesiva textos en distintos idiomas, de ahí su nombre relacionado con la gastronomía, que da fe de la mezcla. Es música de carácter religioso, asociada a la Navidad o a otras celebraciones del culto, y las letras son de naturaleza simbólica y alegórica, es decir, los personajes y situaciones representadas siempre esconden un significado moral.

A pesar de que el editor de las ensaladas de Flecha, es decir, su sobrino, afirma que este es su inventor, parece ser que existen referencias anteriores al género en nuestro país. Dionisio Preciado rastrea antecedentes en el Cancionero Musical de Palacio, la gran recopilación que recoge música de la época de los Reyes Católicos, en concreto, afirma que hay una composición de Francisco de Peñalosa etiquetada como “ensalada”, y otra del mismo autor titulada Por las sierras de Madrid, que está considerada como un precedente directo.

Con todo, la historiografía de la música asocia el nombre ensalada a Mateo Flecha el Viejo, pues se trata del compositor más destacado y representativo de este género. Aunque hay mucha incertidumbre en torno a los detalles de su vida, este músico catalán parece ser que pudo estar al servicio del duque del Infantado en Guadalajara, y también que pudo ejercer como director de la capilla de Fernando de Aragón, duque de Calabria en Valencia, puesto que tres de sus piezas aparecen en el cancionero de dicho noble. Otro puesto que quizá ocupó fue el de maestro de la capilla musical de la catedral de Sigüenza, pero lo cierto es que acabó sus días como religioso en el monasterio de Poblet.

Flecha compuso hasta once ensaladas, pero solo nos han llegado completas a través de la publicación de 1581 seis de ellas, puesto que en las restantes falta una voz, y una de ellas, El cantate, no fue publicada por su sobrino, Mateo Flecha el Joven, porque la juzgó demasiado larga. Cantoría ha seleccionado para su grabación siete de las composiciones atribuidas al compositor catalán: El fuego, El toro, La guerra, La justa, La gloria, El jubilate y Gloria, pues naçió.

La alegoría está presente en todas estas obras. En El fuego, el incendio representa el pecado, mientras que el agua es la penitencia, y “el agua buena”, la Virgen María. La Virgen nos da el agua buena en el portal de Belén, que apaga el fuego. La guerra, por su parte, relata la lucha contra el pecado, siendo los capitanes de los dos ejércitos, Jesús y Luzbel, respectivamente, como queda patente en la primera estrofa. La ensalada titulada La justa también habla de una contienda santa, en este caso, entre Adán, el padre primero, y Lucifer, mientras que La bomba alude a una nave que naufraga, en la que los tripulantes se encomiendan a San Telmo, San Ginés y a diversas vírgenes para salvar la vida. El toro describe la lidia de un astado que no es otro que el Diablo. Finalmente, el disco de Cantoría incluye la conocida ensalada El jubilate, que canta el triunfo de la Virgen sobre el pecado original.

El primer disco de Cantoría es una viva y atractiva aproximación a la obra de Mateo Flecha el Viejo, que pone en evidencia la riqueza de la polifonía española dentro de la música renacentista europea.

 

 

 

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