lunes, 26 de mayo de 2025

Sobre la escueta relación de Vivaldi con el órgano

 


Il Suono Ritrovato

Sestier Armonico

In Aures


Se le atribuye a Igor Stravinsky la frase: “Vivaldi no escribió 400 conciertos; escribió un concierto 400 veces”. Tradicionalmente, ha cundido entre muchos miembros de la élite musical la idea de que el Prete Rosso -el apodo por el que se le conocía en Venecia por su condición de clérigo y por su cabello pelirrojo- es un músico efectista, pero de talla menor dentro del panorama del Barroco. Otros, por el contrario, no tienen dudas sobre su genialidad, como es el caso del ensemble suizo Sestier Armonico, que acaba de lanzar una grabación de obras de Vivaldi en las que el órgano está presente, un instrumento atípico en su obra, pero no por ello excluido de ella.


El especialista en música barroca Álvaro Marías considera que precisamente la gran popularidad de la obra de Antonio Vivaldi -Las cuatro estaciones, su sello para la posteridad, ya era muy conocida en su época- es lo que probablemente justifica el menosprecio a la que se ha visto sometida por la crítica profesional más elevada. Marías defiende la importancia de su creación para la música posterior, dado que le responsabiliza del desarrollo del concierto veneciano para solista, un formato que es el antecedente directo del concierto clásico y de otros grandes géneros instrumentales. 


Gran parte del éxito de la música de Vivaldi es su espectacularidad y su comercialidad, entendida en el buen sentido, es decir, adaptada a los gustos del público. Sostiene Álvaro Marías que la Venecia de los siglos XVII y XVIII era una exportadora de bienes de índole cultural; visitantes de toda Europa (hoy hablaríamos de turistas) acudían a la laguna para escuchar la música que allí se interpretaba, y para comprar o encargar obras que se llevarían de vuelta a sus países de origen. La música veneciana era un activo de gran rentabilidad. 


Por todo lo anterior, Sestier Armonico ha elegido a Vivaldi para protagonizar el primer lanzamiento de su recién creado sello discográfico, In Aures. Se trata de un conjunto basado en Basilea dirigido por el organista y clavecinista italiano Giulio De Nardo, cuya misión es grabar diferentes repertorios de música antigua de la forma más pura posible. En este sentido, la formación persigue el aunar los hallazgos musicológicos y la interpretación con una calidad de sonido excepcional, intentando transformar la experiencia de la escucha en un viaje de descubrimiento.


El repertorio elegido para esta grabación es, cuando menos, poco representativo de la obra de Vivaldi, y es quizá este atrevimiento por parte de Sestier Armonico que la convierte en francamente interesante. Como afirma Michael Talbot, que rubrica las notas que acompañan al disco, la relación de Vivaldi con los instrumentos de tecla estaba mayormente “por debajo del radar”. Como intérprete y maestro, el músico está asociado con la familia de los instrumentos de cuerda, especialmente el violín, en los que destacaba notablemente, pero a la hora de componer ampliaba notablemente el abanico instrumental, desde la cuerda pulsada, hasta los vientos y metales, pasando por la tecla. De hecho, el órgano participó en el bajo continuo en algunas de sus creaciones, algo que queda patente en las pistas de Il Suono Ritrovato.


Talbot establece una relación entre la inclusión del órgano en la composiciones de Vivaldi y las interpretaciones de sus obras en los ospedali venecianos. Durante los siglos XVII y XVIII estas instituciones de caridad se convirtieron en los principales enclaves para escuchar música en directo. Existieron varios, como el Ospedale degl’Incurabili, que albergaba sifilíticos, huérfanos y prostitutas, el Ospedale della Pietà, para niños abandonados, el Ospedale di Santa Maria dei Derelitti ai Santi Giovanni e Paolo, para niños sin hogar, y el Ospedale di San Lazarus e dei Mendicanti para leprosos. Todos ellos tenían dependencias para mujeres y programas formativos en distintas disciplinas, incluida la música. Una de las funciones que tenían era formar conjuntos musicales para ofrecer actuaciones con el fin de recabar el apoyo financiero de mecenas para sostener cada uno de estos hospicios. Vivaldi compuso para el ensemble femenino del Ospedale della Pietà entre 1703 y 1741 y, dado que por razones de decoro las músicas interpretaban escondidas del público, una posible manera de “sorprender” el oído del público asistente era el incluir el particular sonido del órgano en las piezas.


El uso del órgano en la obra de Antonio Vivaldi se reduce a una sonata a cuatro, alrededor de diez conciertos y a tres obras sacras vocales, a saber, las RV 597, 639 y 644, respectivamente. De esas piezas, Sestier Armonico ha seleccionado como repertorio para el disco cinco conciertos: el Concerto para oboe, violín, órgano, cuerda y continuo en Do mayor, RV 554; el Concerto para violín, órgano, cuerda y continuo en Re menor, RV 541; el Concerto para violín, órgano, cuerda y continuo en Fa mayor, RV 767; el Concerto para violín, órgano, cuerda y continuo en Do menor, RV 766, y el Concerto para violín, órgano, cuerda y continuo en Fa mayor, RV 542. Además, incluye la Sonata para violín, oboe, órgano y chalumeau ad libitum, RV 779, y una única pista vocal, el aria Noli, o cara, te adorantis del oratorio Juditha Triumphans, RV 644, cantada por Francesca Ascioti.


El disco Il Suono Ritrovato es una excelente muestra del tratamiento que le dio Vivaldi al órgano en su obra, y supone una interesante ocasión para acceder al vitalismo que transmite su creación instrumental.

viernes, 9 de mayo de 2025

Entrevista a Dulces Exuviae: “En el Renacimiento el músico tenía mucha libertad de interpretación y no había una única manera de cantar una pieza”


Dulces Exuviae
es un dúo dedicado a la música antigua que está integrado por el barítono francés Romain Bockler y el laudista esloveno Bor Zuljan. Desde 2017 se dedican a explorar los diferentes repertorios de la música renacentista, construyendo programas originales y muy intimistas, entre los sonidos cautivadores del laúd, las suaves melodías meditativas y las disminuciones virtuosas.

Romain Bockler se ha especializado en un repertorio que abarca desde la ópera barroca hasta la contemporánea, aunque en este proyecto abandona la complejidad de la música escénica para asumir las formas más minimalistas de la canción renacentista. Por su parte, Bor Zuljan toca numerosos instrumentos de cuerda pulsada antiguos, modernos y tradicionales, y actúa internacionalmente como solista y dentro de varios grupos.

El dúo actúa el próximo 10 de mayo en la edición 2025 del festival Músicas Cercadas de Zamora, en concreto, en la Iglesia de San Cipriano, en donde ofrecerán el programa de música renacentista Toutes les nuits.

¿Cómo surge el proyecto Dulces Exuviae? ¿Qué le lleva a unir sus respectivos talentos musicales?

Nos conocimos a principios de 2017 trabajando en un proyecto de investigación sobre la disminución (ornamentación) al estilo de Silvestro Ganassi, con William Dongois (HEM Ginebra). En este marco teníamos que proponer una o dos canciones como dúo y, tras varios experimentos, dimos con dos arreglos de chansons de Josquin Desprez que inmediatamente nos convencieron, y nos obsesionaron de tal manera que decidimos continuar el trabajo como dúo. El primer disco con música de Josquin se grabó un año después y fue publicado en 2019.

En referencia al nombre que han elegido como dúo, exuviae en latín se puede traducir como "cosas despojadas de un cuerpo" ¿Cuál es el significado para ustedes de Dulces Exuviae?

“Dulces Exuviae” es de hecho un maravilloso texto de La Eneida en el que Dido recuerda la dulce noche que pasó con Eneas, y puede ser traducido como “dulces memorias” o “dulces reliquias". Nos encantó su poesía y melancolía y decidimos mantenerlo como nombre para nuestro dúo.

Romain, está usted especializado en la ópera, tanto la barroca como la posterior. ¿Qué le atrae hasta estos repertorios renacentistas, mucho más minimalistas y calmados?

Si te fijas en las partituras escritas por compositores del repertorio renacentista, la música realmente parece minimalista y casi simple. Puede ser interpretada o cantada de esa manera, pero también puede ser ornamentada de manera muy florida: en aquel tiempo, el músico tenía mucha libertad de interpretación y no había una única manera de cantar una pieza. De esta forma, la música renacentista puede volverse muy expresiva, y también muy espectacular. Una misma pieza de música puede ser pura con una armonía fantástica, y también mostrar un gran virtuosismo por parte de los músicos. Ofrece muchas opciones en términos de interpretación.

Bor, usted tiene dos programas de música para laúd de John Dowland y Carlo Gesualdo, respectivamente. ¿Cómo percibe la evolución de la música para el instrumento, desde principios del siglo XVI, hasta esas dos figuras del Renacimiento tardío o pre-Barroco?

El lenguaje del laúd fue desarrollado en la segunda mitad del siglo XV y cristalizó desde principios del XVI en adelante. Las primeras composiciones escritas originalmente para laúd compartían un lenguaje muy idiomático que poco a poco comenzó a absorber un estilo vocal basado en el contrapunto y la polifonía cada vez más complejo. En el repertorio creado en torno al 1600 podemos observar una especie de actitud de “vuelta a las raíces” o una suerte de fusión, donde el idioma instrumental específico ha recobrado su importancia y se ha fundido con el estilo vocal, dando como resultado alguna de la música más bella y expresiva jamás escrita. Dowland representa sin duda el apogeo del repertorio de laúd renacentista, y sus contemporáneos italianos llevaron el instrumento incluso más allá, desarrollando el exuberante archilaúd, que les permitió expandir las posibilidades sonoras y los límites del laúd.

Su primer trabajo como dúo estuvo dedicado a las chansons de Josquin des Prés, ¿cómo valoran este tipo de piezas frente a sus misas y motetes, quizá más admirados por la posteridad?

Josquin era un compositor extremadamente popular alrededor del 1500 -fue probablemente el primer músico “superstar” de la historia moderna. Algunas canciones, como Adieu mes amours, se convirtieron en grandes éxitos durante su vida y no tienen nada que envidiar a su música sacra.

En su siguiente disco -Toutes les nuits- plantean un viaje a través de la noche. Háblenme de esa travesía para los sentidos.

Cuando explorábamos canciones renacentistas de distintos países quedamos completamente fascinados por cómo suena La nuict est froide et sombre de Roland de Lassus a una sola voz acompañada de un laúd con cuerdas metálicas. Esto nos condujo a la idea de buscar más canciones asociadas al tema de la noche, tan querido por nosotros. Para nuestra sorpresa, hemos encontrado tantas piezas que no hemos podido incluirlas todas, y la mayoría de ellas encajaban tan bien con nuestra estética que decidimos construir todo el álbum conceptual en torno a ello.

Por cierto, me ha encantado la versión de Blackbird de The Beatles que cierra el disco. Creo que Paul McCartney ha dicho alguna vez que se inspiró en Bach para crear el arpegio. ¿Cómo se les ocurrió incluirla?

Los dos somos fans de la música popular y de los cantautores, y Blackbird es sin duda una de las más bellas canciones que existen. Como todo el disco gira en torno a la noche pensamos que podíamos usar esta alusión e incluir esta canción como un trocito extra al final.

¿El repertorio que van a interpretar en Zamora, que lleva el mismo nombre, coincide con la selección publicada en el disco? ¿Qué van a escuchar los espectadores que acudan a la Iglesia de San Cipriano?

Los programas de los conciertos siempre difieren ligeramente de los discos, dado que pensamos que el público no los escucha de la misma manera. Sin embargo, mientras que la dramaturgia y la retórica cambian algo, una gran parte del disco será interpretado junto con algunas piezas que no están en él.

¿Qué piensan ustedes que se lleva de cada actuación el público que acude a sus espectáculos?

A juzgar por los comentarios recibidos después de los conciertos, lo más excitante para el público parece ser el librito de Romain [risas]. Pero, hablando en serio, el público a menudo habla de una especie de hechizo mágico que sienten desde el principio del concierto, y eso es también para nosotros la experiencia más inspiradora y plena que compartimos con ellos.

Para finalizar, ¿qué proyectos tiene a corto y medio plazo Dulces Exuviae? ¿Tienen prevista alguna nueva grabación?

Hemos explorado varios repertorios alternativos en los últimos años, y ahora estamos decididos a movernos desde el repertorio renacentista hacia música posterior, probablemente de la Francia del siglo XVII, que será también el eje de nuestra próxima grabación.