jueves, 20 de noviembre de 2025

Los Conciertos de Brandemburgo en sus contextos musicales



Baroque Anatomy #5 - The Eye Accademia Bizantina HDB Sonus

Bajo el enigmático título de Anatomía Barroca se esconde el nuevo megaproyecto de la orquesta italiana Accademia Bizantina. La formación que dirige el teclista Ottavio Dantone se ha propuesto la tarea de grabar los seis Conciertos de Brandemburgo de Johann Sebastian Bach por separado en distintos discos, añadiendo en cada caso otras obras del autor o de sus contemporáneos que puedan estar relacionadas de alguna manera. Se trata de contextualizar cada uno de los conciertos estudiando su posible origen o inspiración en otras piezas, y la influencia que hubiera podido ejercer en otros compositores.

Accademia Bizantina es un ensemble especializado en la música del Barroco que persigue con sus interpretaciones transmitir toda la pasión y la emotividad que encierran las partituras y, para ello, en todas sus producciones hacen gala de un cuidado especial y de un rigor historicista que garantiza una ejecución de excelencia. En 2025, el grupo realizó una gira por nuestro país con la ópera Il Giustino (RV 717) de Antonio Vivaldi, que le llevó a Madrid, Barcelona y Bilbao. Igualmente, este mismo año han recibido el prestigioso galardón ICMA 2025 en la categoría de Baroque Vocal por Invocazioni Mariane (Naïve Classique).


Haciendo gala de una actividad interpretativa frenética, Accademia Bizantina lanzó simultáneamente después de verano dos discos de música escénica, Cesare in Egitto, una ópera de Geminiano Giacomelli, y la serenata Il trionfo della Fama de Francesco Bartolomeo Conti. Con este disco que nos ocupa han retornado a la música instrumental, donde también poseen una singular fortaleza como demuestra su línea de trabajo basada en la grabación de los concerti grossi de Georg Friedrich Händel (2022), Arcangelo Corelli (2023)  y Francesco Geminiani (2024). Ahora, este primer volúmen de la serie Baroque Anatomy incluye el Concierto de Brandemburgo Nº 5, acompañado por el Concierto para flauta, violín y clave en La menor, BMW 1044 también de J. S. Bach, así como por el Concierto para flauta y violín en Mi menor, TWV 52:e3 de Georg Philipp Telemann y el Cuarteto para flauta en La menor, Wq 93 de Carl Philipp Emanuel Bach. La grabación ha contado con la dirección de Ottavio Dantone, como es habitual, y con los solistas Alessandro Tampieri (violín) y Marcello Gatti (flauta).


No hay duda de que los Conciertos de Brandemburgo BWV 1046-1051 son la obra más popular de Johann Sebastian Bach. Originalmente se titula Six Concerts à plusieurs instruments porque es una serie de seis conciertos para ser interpretados con un variado número de instrumentos. Una dedicatoria que aparece en las partituras originales establece que fueron escritos para el hermanastro de Federico I de Prusia, el margrave de Brandemburgo, Christian Luis, hijo de la segunda esposa de Federico Guillermo I de Brandeburgo, conocido popularmente como el Gran Elector, por la cantidad de reformas que llevó a cabo durante su mandato y que cimentaron el reino de Prusia.


La idea que guía esta iniciativa de Accademia Bizantina ha sido establecer un diálogo entre cada uno de estos seis conciertos con otras piezas quizá menos conocidas, pero que comparten experiencias artísticas y profesionales con ellos o que, sencillamente, han llegado a constituir un eco de su inspiración o de las ideas que transmiten. Adicionalmente, cada disco de los que integran Baroque Anatomy lleva -a modo de juego con el oyente- asociada una parte del organismo humano, surgida de las sensaciones que reciben los miembros del grupo al interpretar cada uno de los conciertos. De esta manera, la grabación que nos ocupa correspondiente al quinto concierto de Brandemburgo recibe el título de The Eye (El Ojo).


La asociación directa entre el concierto de Brandemburgo y el resto de las piezas que ocupan el disco es que se centran sobre los tres mismos instrumentos -clave, flauta y violín-, una combinación poco explorada en la historia de la música, según Ottavio Dantone. La inclusión del Concierto para flauta y violín de Telemann pone en evidencia la paradoja que ha supuesto históricamente la apreciación pública de este músico. Como contemporáneo de Bach, su fama y admiración en vida superó con creces a las de éste y, sin embargo, a lo largo del siglo XIX su obra cayó en el olvido más absoluto, mientras que la de Bach cada vez brillaba con más intensidad. No fue hasta mediados del siglo XX en que la extensa creación de Telemann recuperó su merecido reconocimiento.


Otra de las obras del disco es el Cuarteto para flauta en La menor, Wq 93 que Carl Philipp Emanuel Bach compuso el año de su muerte, 1788, junto con otros dos: Wq 94 y 95. No llegaron a ser publicados ni distribuidos en su momento por el fallecimiento del autor, y no fue hasta 1952 en que los tres fueron redescubiertos y publicados por Ernst Fritz Schimd. Finalmente, la grabación se cierra con el concierto BMW 1044 del propio Johann Sebastian Bach, también conocido como Triple Concerto. Esta pieza está datada  entre 1729 y 1741 y probablemente estuvo creada para ser interpretada en las sesiones musicales semanales que organizaba Bach en el Café Zimmermann de Leipzig.


Baroque Anatomy nos ofrece una enriquecedora versión de una de las cumbres de la música de Bach arropada por una interesante selección de piezas relacionadas de la misma época.

 


viernes, 7 de noviembre de 2025

La reflexión existencial a través de la música renacentista



Cómo se pasa la vida. Meditación filosófica en la canción renacentista Aquel Trovar

El Renacimiento trae consigo la consideración del ser humano como centro del universo y medida de todas las cosas. Sin embargo, a pesar de este protagonismo que se nos otorga, la muerte condena a nuestra existencia a la finitud, es decir, que nuestras vidas tienen un fin inexorable. De esta forma, la conciencia de la muerte y su inevitabilidad se convierten en un tema obsesivo para los intelectuales de la época, y se traduce en las formas artísticas, como la pintura, la poesía o la música. Este es el punto de partida del nuevo disco del conjunto Aquel Trovar, un trabajo que realiza un viaje por las formas musicales renacentistas de Europa y su relación con el paso del tiempo y de las vidas humanas.


Cómo se pasa la vida. Meditación filosófica en la canción renacentista es el séptimo trabajo discográfico del grupo, cuyo ámbito de actuación se mueve entre los repertorios medievales y los renacentistas. De hecho, el lanzamiento inmediatamente anterior al que nos ocupa estuvo dedicado a las cantigas de amigo del trovador gallego Martín Codax, y, en 2023, grabaron un disco instrumental sobre danzas de la Edad Media, De los sones e de los instrumentos. Por otro lado, Dancerías (2021) y Cantar sola (2019) se centraron por contra en la música del Renacimiento.


Aquel Trovar está integrado por la soprano Delia Agúndez y los instrumentistas Antonio Torralba, José Ignacio Fernández y Daniel Sáez Conde. La filosofía que inspira el trabajo del grupo se resume en tres puntos: el respeto a las fuentes, la potenciación del poder evocador de la música histórica y el cuidado del detalle. En concreto, los miembros del ensemble persiguen sobre todo recuperar el repertorio de música antigua española y europea, fundamentalmente renacentista y medieval, con veracidad en las conclusiones y versiones llevadas a cabo. De esta forma,  pretenden basar su trabajo en la investigación, partiendo de fuentes originales y revisando la labor al respecto de los expertos.


El disco que nos ocupa es un homenaje explícito al poeta Jorge Manrique y a su archiconocida obra Coplas a la muerte de su padre, probablemente la más bella elegía escrita en castellano. El título -Cómo se pasa la vida- es uno de los versos del poema y, por cierto, el nombre del grupo también procede de él: “¿Qué se hizo aquel trovar/ las músicas acordadas/ que tañían?”. En este sentido, la grabación incluye entre sus pistas una versión del poema musicada por el vihuelista sevillano Alonso Mudarra e incluida en su obra Tres libros de música en cifra para vihuela (1546).


Como ya ocurría en la ópera prima del grupo, Canciones de la vieja Europa (2017), este disco supone un extenso y concienzudo repaso al repertorio renacentista de los distintos puntos del continente europeo. Aquel Trovar lleva a cabo una interpretación de las piezas con soltura y agilidad -lejos de aproximaciones a la música de esta época más timoratas, encorsetadas y escleróticas-, haciendo gala de una seguridad y un dominio de los sonidos históricos que denotan un notable acervo de experiencia y conocimientos.


Desde la península ibérica la grabación incluye la citada obra de Mudarra sobre el poema de Jorge Manrique, y, también, dos villancicos firmados por Juan del Encina y Gabriel Mena pertenecientes al Cancionero Musical de palacio, así como dos canciones del salmantino Juan Escribano que fueron publicadas en Italia. Este último país por su parte está representado por la frottola -un género que precedió al madrigal a principios del siglo XVI-, en concreto, por una de Bartolomeo Tromboncino y otra de Marchetto Cara. De algo más al norte, de los Países Bajos, el disco presenta piezas de Tylman Sustato y Jan Pieterszoon Sweelinck, y también del alemán August Nörmiger y del polaco Wacław z Szamotuł.


La canción francoflamenca aparece en Cómo se pasa la vida a través de nombres como Jacques Arcadelt, Orlando de Lassus, Johannes Hesdimois y Guillaume Costeley. También se ha incluido una maravillosa chanson de Claudin de Sermisy, Puis Que Fortune, que poco tiene que envidiar a la bellísima interpretación que realizó Delia Agúndez del clásico de Sermisy Tant que vivray en el disco del grupo Canciones de la vieja Europa.


Los músicos británicos constituyen el grupo más numeroso de este repertorio, algo natural dado que la música de la era isabelina y la etapa inmediatamente posterior estuvo caracterizada en gran medida por un sentimiento de melancolía reflexiva, cuyo paradigma es el laudista John Dowland. Con todo, el disco se inicia cronológicamente mucho antes, con una pieza del Manuscrito de Enrique VIII, un compendio de las canciones que se escuchaban y bailaban en el palacio del monarca inglés, que está firmada por el propio rey, dado que era un excelente músico. Algo posteriores en el tiempo aparecen representados los madrigalistas, como Wilbey, Morley y Weelkes, e igualmente nombres como Edward Gibbons y Thomas Campion, que compusieron a caballo entre los siglos XVI y XVII. Y, por supuesto, no podía faltar el maestro del ayre inglés, John Dowland con una de sus piezas más hermosas y emotivas Come Heavy Sleep. Este corte  me ha despertado el único “pero” que le veo al disco, aunque es producto de un capricho personal: la versión que ha grabado Aquel Trovar es instrumental y hubiera sido grandioso haberla escuchado en la voz de Delia Agúndez, dado que la soprano tiene una capacidad especial para interpretar el repertorio en inglés, como demostró en varios temas de Canciones de la vieja Europa (Come Again de Dowland, entre otros) y, muy especialmente, en el magnífico disco The Purcells (2016), con el que dio a conocer la obra de Daniel Purcell, el hermano del genio Henry.


Con todo, y dejando de lado mis manías personales, un título excepcional que demuestra una vez más la extraordinaria capacidad que tiene este conjunto para desenvolverse con soltura en los repertorios históricos sacando su cercanía y belleza.





jueves, 23 de octubre de 2025

El Manuscrito Drexel: el canto del cisne de la viola da gamba



Abel: The Drexel Manuscript. 29 Pieces for Viola Da Gamba Alejandro Marías Brilliant Classics

La segunda mitad del siglo XVIII supuso la sustitución definitiva de la viola da gamba por el violonchelo barroco -y, en general, la familia del violín- en los escenarios musicales. Aunque desde el siglo XVI habían convivido, la potencia sonora del segundo se acabó imponiendo al sonido suave y delicado de la primera. Uno de los últimos virtuosos de la viola da gamba fue el alemán Carl Friedrich Abel, quien dejó para la posteridad un libro de piezas para el instrumento en solitario que es conocido como el Manuscrito Drexel, pues acabó engrosando la nutrida colección de partituras antiguas del filántropo Joseph William Drexel. El nuevo disco del gambista Alejandro Marías constituye una grabación de las veintinueve piezas que engrosan el citado documento.

Éste es el segundo volumen que le dedica Marías al compositor de Köthen, dado que hace apenas un año lanzaba con el grupo que dirige, La Spagna, Between Two Worlds, un interesante disco destinado a difundir las distintas facetas de la actividad creativa de Abel. En concreto, incluía una selección de cuatro de los conciertos de Abel para distintos instrumentos -viola da gamba, clavecín y flauta travesera-, así como una sinfonía y un aria, como testimonio de su producción vocal. No obstante, en esta ocasión Alejandro Marías ha preferido acometer este proyecto en solitario, eligiendo este raro repertorio para viola da gamba.


El músico madrileño Alejandro Marías es profesor de viola da gamba y violonchelo barroco en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla, y fue en 2009 el fundador del ensemble La Spagna, cuyo espectro de actuación son los repertorios mayormente barrocos, aunque también ha hecho incursiones en el Renacimiento, el Clasicismo y el primer Romanticismo. Entre los discos que ha grabado el conjunto, destacan el dedicado a la obra para viola da gamba de Jacques Morel, Las Siete Palabras de Haydn-Barbieri o Sopra La Spagna, que recoge danzas españolas del Siglo de Oro.


Carl Friedrich Abel nació en 1723 en el seno de una familia de músicos, puesto que su padre, Christian Ferdinand Abel, tocaba la viola da gamba y el violín en la corte del príncipe Leopoldo de Anhalt-Köthen. Aunque se especula con que el joven Carl Friedrich pudo haber estudiado música con el mismísimo Johann Sebastian Bach en  Leipzig hacia 1737, no existen evidencias sólidas, si bien sí hay certeza de que existió una relación entre las familias Bach y Abel más allá de la altamente probable entre Cristian Ferdinand y Johann Sebastian, que coincidieron como músicos cortesanos en Köthen entre 1717 y 1723. Además, en su veintena, Abel estuvo empleado como músico de la orquesta de la corte de Dresde desde 1743, coincidiendo allí con el hijo de J. S. Bach, Wilhelm Friedemann, quien ejercía de organista. No obstante, a partir de 1758 se establece en Londrés donde viviría y trabajaría, cosechando un gran éxito, el resto de su vida.


Su proyección británica como profesional de la música despega en 1760 cuando recibe el privilegio real para publicar su obra en Londres, y, también, cuando entra al servicio del hermano del monarca, Edward Augustus, el duque de York. Igualmente, el destino vuelve a unir a las familias Bach y Abel, pues en la capital inglesa entabla amistad con Johann Christian, el hijo menor de Johann Sebastian, y juntos organizan las series de conciertos Bach-Abel, que constaban de entre diez y quince recitales al año, cuya celebración se extendió entre 1765 y 1781. La obra de Carl Friedrich Abel incluye dos docenas de sinfonías, además de conciertos, oberturas y otras piezas orquestales, a lo que hay que sumar la música de cámara, como cuartetos y tercetos de cuerdas y sonatas.


Abel fue el más prolífico compositor para viola da gamba de la era post barroca, pues han llegado hasta nosotros hasta ochenta y seis piezas en las que figura este instrumento, bien ejerciendo de solo o como parte del bajo continuo. Desde sonatas hasta conciertos, pasando por dúos, tríos y cuartetos, e incluso acompañando un aria está presente. La mayor parte de estos trabajos fue compuesto antes de su llegada a Inglaterra, en la época en la que estuvo trabajando como gambista en la corte de Dresde, dado que era costumbre que el músico compusiese para su instrumento como muestra de su destreza y competencia con él.


Después de haber convivido durante más de dos siglos, la familia del violín acaba por desplazar del todo a las violas da gama durante la segunda mitad del siglo XVIII. Carl Friedrich Abel es uno de los últimos compositores señalados para este cordófono, y el disco que ha grabado Alejandro Marías muestra todo el esplendor de su creación al presentarla en un formato en solitario desnudo de acompañamiento.


Como indica Marías en las notas que acompañan al disco, nadie sabe muy bien por qué o para quién recopiló Abel las piezas incluidas en el Manuscrito Drexel. Lo que parece claro es que probablemente no se trataba de un repertorio destinado al gran público y sí a los entornos más cercanos del autor; en sus palabras, se trata de un vehículo más íntimo “donde hallaba la libertad formal y estilística para verter sus emociones más profundas, valiéndose de su virtuosismo para ponerlo al servicio de la música y no para hacer un mero alarde técnico”. Alejandro Marías considera que este libro constituye una de las obras más relevantes de la literatura para viola da gamba que jamás fueron escritas.


Abel: The Drexel Manuscript es una excelente ocasión para conocer las cotas más altas de elegancia que alcanzó la viola da gamba antes de desaparecer y, a la vez, constituye un compendio de piezas musicales de exquisita factura que destacan por su calidez, encanto y preciosismo.




lunes, 13 de octubre de 2025

Siguiendo los pasos de Handel por Italia



Handel in Italy: Vedendo amor Miguel Ulla y Fernando Reyes HR Recordings

El viaje que realizó Georg Friedrich Handel a Italia en su juventud, entre 1706 y 1710, coronó su ya completa preparación como músico, aportando a su forma de componer rasgos específicos que llegarían a caracterizar su obra. Como explica el musicólogo Manfred Bukofzer, cuando llegó al país ya hacía gala de una gran destreza contrapuntística y de una sólida inventiva melódica, pero allí adquirió el estilo de melodía cantabile, “el inconfundible idioma del bel canto italiano”. Durante su periplo itálico Handel trató a las grandes figuras del momento, como los Scarlatti -padre e hijo-, Bernardo Pasquini, Arcangelo Corelli o Agostino Steffani, por citar unos pocos, y dio rienda suelta a su fiebre creativa que plasmó principalmente en la composición de música litúrgica, cantatas, oratorios y óperas. Este más que florido repertorio es el que articula el nuevo disco del contratenor Miguel Ulla y del tiorbista Fernando Reyes: Handel in Italy: Vedendo amor.

En la actualidad puede parecer en exceso minimalista la interpretación desnuda basada en la voz y la cuerda pulsada, pero, precisamente Ulla y Reyes han querido devolver a estas piezas el sonido que tuvieron en su día, cuando fueron interpretadas en jardines, salones, iglesias y teatros italianos en los siglos XVII y XVIII. No hay que olvidar que el archilaúd y la tiorba nacieron asociados a la monodia barroca, para acompañar a la voz en arias, recitativos y otros formatos vocales de la época.


Handel in Italy constituye el sexto trabajo discográfico de Miguel Ulla, quien, a pesar de su juventud, ya ha cimentado un sólido camino en el mundo del canto, habiendo actuado en lugares tan emblemáticos como el Auditorio Nacional, el Teatro de San Lorenzo de El Escorial, la catedral de Santiago de Compostela o la basílica de Santa María la Real de Covadonga. Uno de sus proyectos más interesantes ha sido la grabación por vez primera de seis cantatas espirituales del compositor napolitano Leonardo Leo, y ha manifestado la intención de dedicar próximamente un segundo volumen a las restantes. Por su parte, Fernando Reyes es un experto en instrumentos antiguos de cuerda pulsada formado en el Conservatorio de Toulouse y en Staatliche Hochschule für Musik de Trossingen, que cuenta con un amplio currículum en los terrenos de la grabación, la actuación y la formación musical.


Miguel Ulla ha reconocido que cuando puede elegir repertorio se deja llevar por la emoción que le produce, y es probable que eso le haya llevado hasta la obra italiana de Handel que llena las pistas del disco. Con poco más de veinte años llegó el músico prusiano a Italia procedente de Hamburgo, según alguno de sus biógrafos como Romain Rolland, invitado por el príncipe florentino Giovanni Gastone de Medici. Parece extraño que tomase esta decisión, dado el poco interés que había mostrado previamente por las formas musicales italianas. De hecho, tras el estreno en Hamburgo de su ópera Almira, el príncipe le invitó a visitar Florencia para conocer a los músicos que allí trabajaban e incluso le regaló una colección de sus mejores obras, a lo que Handel respondió con desprecio que no encontraba nada digno de elogio en ellas y que “sería necesario que las cantasen los ángeles para que una cosa tan mediocre sonase agradable”. Rolland nos recuerda que esta actitud ante la música italiana era muy común entre los músicos de su generación, ya que ni J. S. Bach, ni Keiser, ni Mattheson, ni Telemann se molestaron nunca en visitar el país.


A pesar de todo, Handel pisó suelo italiano en otoño de 1706, y durante su estancia recorrió los principales focos musicales del momento: Florencia, Roma, Nápoles y Venecia. Il caro Sassone (El querido sajón), como le bautizaron allí, fue profusamente agasajado -llegó incluso a ser recibido en la Academia de la Arcadia romana por los más elevados intelectuales-, y su obra ampliamente reconocida y aplaudida, dado que, como subraya Bukofzer, en Italia “comenzó a componer furiosamente”. 


De toda la creación, el disco que nos ocupa incorpora tres cantatas enteras y partes de dos oratorios, más dos números de su primera ópera italiana, Rodrigo, en versión instrumental para cuerda pulsada. Las cantatas incluidas son Siete rose ruggiadose, Dolc'è pur d'amor l'affanno y Vedendo Amor, que siguen el patrón del modelo secular italiano, es decir, una voz solista -soprano o contralto-, y alternancia de recitativos y arias. La cantata italiana de finales del siglo XVII y principio del XVIII es bien distinta a la alemana que compuso Bach, y sustituye al madrigal como diversión y recurso para el entretenimiento de la sociedad culta de la época. Bukofzer escribió en su magnífico tratado sobre la música barroca que, tomando como punto de partida las cantatas de Scarlatti, Handel ensanchó las dimensiones de estos modelos y profundizó su poder afectivo.


Handel in Italy incluye también partes de los oratorios Il Triunfo del Tempo (1707) y

La Resurrezione (1708). El primero es un oratorio alegórico para una voz solamente sobre un tema moral, mientras que el segundo es religioso, del que Fernando Reyes ha extraído un recitativo que ha convertido en pieza instrumental para tiorba. Se trata de un género muy socorrido dado que en la época en que fueron compuestos estos dos el papa había prohibido en Roma la representación operística, y el oratorio escapaba al veto al tener generalmente un carácter moral o religioso. Por último, el disco incorpora un minueto y una zarabanda de la ópera Rodrigo, estrenada en Florencia en 1707, y de la que solamente nos han llegado partes sueltas.


La sencilla y acertada instrumentación de estas piezas de Handel aplicada por Miguel Ulla y Fernando Reyes libera a la voz del corsé que impone una instrumentación recargada para que pueda proyectar todo el esplendor de la melodía, arropada por una cuerda pulsada que le permite respirar y desarrollarse. Quizá estemos escuchando estas cantatas tal y como sonaron en aquellos palazzi dieciochescos.


lunes, 29 de septiembre de 2025

El estilo fantástico y la libertad creativa en la música barroca



Still Life: Early Baroque Fantasy Música D´Outrora Deux-Elles

En el Barroco temprano encontramos una forma de componer denominada stylus phantasticus que el filósofo alemán Athanasius Kircher definió en su tratado Musurgia Universalis (1650) como “el método de composición más libre y desenfrenado; no está atado a nada, ni a palabra ni a tema musical; fue instituido para mostrar el genio y para enseñar el diseño oculto de la armonía y la ingeniosa composición de frases armónicas y fugas”. Sus raíces están en la música del Renacimiento tardío italiano, en compositores como Carlo Gesualdo y el flamenco Giovanni de Macque, quienes impulsaron piezas conocidas como stravaganzas sin una forma concreta, pero con unas melodías, ritmos y armonías extraordinarias. Ya en el siglo XVII, toda esta libertad creativa a la hora de componer buscaba despertar las pasiones del oyente, incidiendo sobre los sentimientos y los estados de ánimo.

Este estilo fantástico vertebra la ópera prima del conjunto de cámara Música D´Outrora, una formación radicada en Londres que fue creada en 2022 por el director y clavecinista gallego Pablo Devigo. El disco toma su nombre del bodegón (Still Life), género pictórico barroco por excelencia, como equivalente visual del stylus fantasticus, en el que el lienzo combina distintos elementos con la intención de crear un impacto emocional. Grabado en la St. Alban’s Church de Birmingham, ha contado con la formación básica de Música D´Outrora, Devigo a la dirección y teclado, Christi Park al violín y Timothy Lin en los instrumentos de cuerda frotada, completada por Claas Hardens (lirone), Dávid Budai (violone), Asako Ueda (tiorba y archilaúd) y Louis Moisan (guitarra barroca).


Still Life: Early Baroque Fantasy recoge obras de Dario Castello (1602-1631), Ignazio Albertini (1644-1685), Alessandro Stradella (1643-1682), Gregorio Strozzi (1615-1687) y Dieterich Buxtehude (1637-1707). Aunque en el Barroco temprano el estilo fantástico aparece en géneros como las fantasías y las tocatas -en donde cobra relevancia la improvisación y el contraste notable entre las distintas secciones de la pieza-, también establece una relación muy estrecha con las primeras sonatas. No es casualidad, por tanto, que de los siete cortes del disco cinco de ellos sean sonatas.


Las sonatas tempranas eran puro stylus phantasticus en cuanto a que se basaban en rasgos como la libertad compositiva, la improvisación, el virtuosismo y la imaginación. El teórico francés Sebastien de Brossard lo dejó muy claro cuando definió el género subrayando la variedad de estilos, expresiones y tempos que combinaba que eran producto del “capricho del compositor, quien sin estar sujeto a ninguna regla sino a las generales del contrapunto ni a un número fijo de métricas particulares, hace lo mejor que puede, inspirado por su genio, cambiando de métrica y modo cuando lo considera oportuno”.


De esta forma, abren y cierran este disco dos sonatas del veneciano Dario Castello, en concreto, la primera y la segunda del segundo volumen de su libro Sonate Concertate in Stil Moderno, publicado en Venecia en 1629 y reimpreso en 1644. Se trata de unas muestras primitivas del Barroco instrumental en las que el término “estilo moderno” hace referencia a que incorporan el bajo continuo como sostén armónico de las voces agudas, un elemento importado de la ópera. En este caso, los instrumentos  reemplazan a la voz humana en el papel solista haciendo gala de una velocidad y una tesitura interpretativa que a veces superan a las de los cantantes. Como indica Devigo en las notas que acompañan a la grabación, estas sonatas contienen una enorme profundidad emocional y transmiten “el mismo poder expresivo que caracterizó a las grandes óperas venecianas del momento”.


También ha contribuido a este programa con dos sonatas el violinista milanés Ignazio Albertini, cuya vida nos es en gran medida desconocida, si bien parece ser que acabó sus días asesinado en Viena donde trabajaba como músico de cámara de Eleonora Gonzaga, viuda del emperador Sacro Imperio Romano Germánico Fernando III. De su creación solamente ha llegado hasta nosotros el volumen Sonatinae, integrado por doce sonatas para violín y bajo continuo, dos de las cuales han sido grabadas en primicia por Música D´Outrora.


La última sonata que aparece en el disco lleva la firma de Dieterich Buxtehude, uno de los principales nombres de la Escuela del Norte de Alemania. Aunque estudió en la ciudad danesa de Elsinor -donde Shakespeare situó su obra Hamlet-, trabajó durante cuarenta años como organista de la iglesia de Santa María de Lübeck, el puesto más prestigioso y mejor pagado de la ciudad. Buxtehude dejó un extenso repertorio de música para órgano, desde tocatas, preludios y composiciones sobre corales, hasta canzonas, suites y variaciones. Está considerado como el mayor genio en el órgano antes que Bach y, por otro lado, sus preludios constituyen uno de los ejemplos más elevados del stylus phantasticus, si bien la pieza incluida en la grabación es una sonata a trío.


Still Life: Early Baroque Fantasy incluye también una sinfonía del compositor de Nepi Alejandro Stradella, cuya vida novelesca, plagada de líos de faldas y viajes por el mundo, no consigue eclipsar la grandeza de su creación, entre la que destacan especialmente sus seis óperas y, muy especialmente, los oratorios que firmó. Menos conocida es su obra instrumental de la que aquí se ha seleccionado Sinfonia a Tre.


El último nombre del disco es el del organista Gregorio Strozzi que en 1687 publicó en Nápoles Capricci da sonare cembali, et organi, libro integrado de veintinueve piezas para órgano y clave, una de las cuales ha sido grabada en primicia por Música D´Outrora.


Still Life constituye una atractivo viaje a través de los afectos y los sentimientos, que muestra la capacidad de esta música barroca temprana para trascender el mero deleite estético y alcanzar las más profundas estancias del alma humana.