Como ya he contado en algún sitio, he participado en la financiación de varios proyectos de música antigua a través de la fórmula denominada crowdfunding. Básicamente se trata de reunir el coste de la producción de un disco a través de pequeñas aportaciones de muchos mecenas. Éstos, una vez finalizada la grabación, reciben el producto acordado con el artista, generalmente, una o varias copias del CD, merchandising, e incluso entradas para recitales.
Mi primera experiencia como mecenas en un proyecto de crowdfunding ha sido la grabación del primer CD del dúo Dolce Rima, un tándem compuesto por la soprano Julieta Viñas y la vihuelista Paula Brieba. Y debo decir que me ha entusiasmado, aparte del resultado, el disco, que considero francamente bueno.
Al alba venid es una recopilación de canciones de amor del siglo XVI, algunas procedentes de los cancioneros, otras firmadas por vihuelistas como Pisador o Narváez, que reflejan el sentir de la mujer enamorada, como afirma Josefina Martos Peregrín que firma el texto de presentación de la obra.
El resultado es, por raro que parezca tratándose de música antigua, un sonido moderno. No es que hayan perpetrado una chapuza new age, ni que hayan metido arreglos modernos en las piezas. Realmente suena a música del siglo XVI, pero hay algo familiar en ella, algo que la convierte en atractiva para el oído del siglo XXI.
Generalmente la música antigua requiere de un “entrenamiento” para ser asimilada por el público moderno, o eso creíamos, y sin embargo, Dolce Rima hace que nos suene grata y cercana, no vetusta y polvorienta. Supongo que es lo que afirmaba hace poco Jordi Savall: "No existe una música antigua. Las partituras son antiguas pero al ejecutarlas se hacen vivas". Y Paula y Julieta saben devolverlas a la vida.
Centrándonos en el tema de la financiación de la obra a través de crowdfunding, hay que decir que, aunque alguno crea que no es más que la compra anticipada de un producto, realmente no es así. En alguna medida los que hemos participado en la financiación del disco hemos compartido la ilusión de las artistas; no es una mera adquisición que puedas realizar en un centro comercial (porque por desgracia ya quedan pocas tiendas de discos).
¿Será el crowdfunding una alternativa sólida a la producción musical tradicional? No lo sé; quizá es pronto para aventurar juicios. Pero sí que es cierto que gente como Dolce Rima han buscado nuevos medios para darse a conocer, para plasmar su talento, en vez de sentarse a llorar por lo mal que está la industria discográfica y el poco caso que se hace a los músicos.
Otro tema que me ha gustado de la promoción de la obra de Dolce Rima es el del merchandising que ha acompañado el lanzamiento de su CD. A ver, todos somos fetichistas (aparte del tema sexual), y tendemos a desviar el deseo del sujeto, en este caso la música, hacia el objeto. Todos los que procedemos del mundo rockero entendemos lo que viste una camiseta decorada con el monstruo Eddie, la mascota de Iron Maiden, o sencillamente, con el famoso logo/escudo de Ramones.
¿Por qué el fan de la música antigua no puede crearse un ajuar decorado con vihuelas y tiorbas? Dolce Rima ha entregado un producto muy cuidado y completo en términos de imagen, con una portada que muestra una obra original (hay que reconocer que la mayoría de la portadas de CDs de música antigua son previsibles, paletas o carentes de gusto), y una serie de elementos de merchandising (postales, bolsas, chapas, camisetas…) francamente deliciosos.
En suma, que volveré a apostar por ellas cuando haga falta.
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