Il Ritorno d'Ulisse in Patria
Emiliano
González Toro y Mathilde Etienne. I Gemelli
Gemelli
Factory
Poner en escena la ópera de Claudio Monteverdi El retorno de Ulises a la patria (Il Ritorno d'Ulisse in Patria) es sumamente complejo, principalmente por la gran cantidad de intérpretes que requiere. Se trata de uno de los títulos del genial compositor de Cremona menos representados, a diferencia de La coronación de Popea, que es una obra escrita en la misma época. Para hacernos una idea del majestuoso espectáculo que supone, intervienen hasta nueve tenores en papeles distintos. Por suerte para nosotros, existen aguerridos profesionales de la música antigua que no se arredran ante desafíos descomunales como éste, y, en consecuencia, el tenor Emiliano González Toro y la soprano Mathilde Etienne, junto con el ensemble I Gemelli, han llevado a cabo la grabación integral de esta ópera, presentada en un lujoso formato compuesto por tres discos y un libro.
González Toro reconoce que siempre había soñado con acometer esta producción, máxime teniendo en cuenta que desde sus inicios como cantante ha interpretado casi todos los papeles del libreto, y es ahora cuando siente la madurez suficiente como para asumir el rol del propio Ulises, el protagonista de la historia. Y no ha sido tarea fácil. Mathilde Etienne y Emiliano González Toro han dedicado tres años enteros en preparar esta grabación, cuyas sesiones han durado veintitrés días, ni más ni menos, y han involucrado a casi veinte voces y alrededor de treinta instrumentistas. Toda una epopeya con un resultado sobresaliente.
Los directores de este proyecto plantean que El retorno de Ulises a la patria tiene una fama como obra difícil de identificar dentro de la producción de Monteverdi, y que quizá suponga un vínculo entre la absoluta maestría del Orfeo de 1607 y el sensacionalismo de La coronación de Popea, la última ópera que firmó el maestro barroco. Las dos están escritas en la última época de su carrera, entre los años 1637 y 1643 -el de su fallecimiento-, en los que manifiesta una explosión final de creatividad, alumbrando entre otras obras sobresalientes el octavo libro de madrigales (1638) o la recopilación de música sacra Selva morale e spirituale (1641).
En el terreno de la ópera, un ámbito que Monteverdi dominaba con soltura, se da la circunstancia de que a finales de la década de 1630 comienzan a aparecer los primeros teatros públicos en Venecia, de forma que las representaciones salen de los palacios y comienza la era de la ópera comercial. De esta manera, el compositor es requerido de inmediato por este nuevo sector emergente, lo que le lleva a recuperar y reestrenar su segunda producción de 1608, L'Arianna, y a presentar tres nuevos títulos: El regreso de Ulises a la patria (1640), Le nozze d'Enea con Lavinia (1641), que no ha llegado hasta nosotros, y, finalmente, La coronación de Popea (1643).
Uno de los atractivos añadidos de este disco-libro es la riqueza y el interés de los textos que acompañan la grabación, pues acometen con éxito la construcción del contexto histórico y artístico de El regreso de Ulises…, y, a la vez, ofrecen muy jugosa información sobre el proceso de trabajo y de recreación que han seguido los miembros de I Gemelli. En este sentido, resulta apasionante la entrevista que contiene a Emiliano González Toro y Mathilde Etienne, dado que ilustra sobre las distintas particularidades de la obra. Así, Etienne destaca las diferencias entre esta ópera y el Orfeo, escrita treinta años antes y dirigida a un público académico, a la élite intelectual de la época y la nobleza, y El regreso de Ulises…, concebida para un público más variado y popular, lo que exigía una puesta en escena más espectacular dirigida al entretenimiento. Se trata de una evolución del género impuesta por el criterio comercial que marca toda la ópera posterior. Para el musicólogo británico Denis Arnold El regreso de Ulises a la patria y La coronación de Popea constituyen las primeras óperas modernas, en las que el interés se centra en contemplar el desarrollo del ser humano en situaciones realistas. Existen tramas y subtramas pobladas de numerosos personajes, y la música expresa sus emociones.
Una de las razones por las que El regreso de Ulises… es una ópera más popular, más asequible a todos los públicos, es su relación con la commedia dell’arte, ese género escénico puramente italiano que entre los siglos XVI y XVIII recorrió Europa interpretado por compañías ambulantes, y que estaba fuertemente basado en la improvisación y articulado en torno a una serie de personajes fijos o máscaras que aparecen en todas las obras. Y es que la ópera veneciana de los teatros paulatinamente se aleja de las formas clásicas y comienza a importar el lenguaje popular, e incluso algunos personajes y situaciones de estas comedias. La ópera recibe una lección magistral de la commedia dell’arte acerca sobre lo que es un espectáculo destinado a divertir y entretener.
González Toro y Mathilde Etienne tienen claro que El regreso de Ulises a la patria presenta los rasgos de una ópera “cómica”, o, por decirlo de otra forma, más terrenal, pues está más basada en la personalidad y las pasiones humanas, lejos de obras anteriores, como Orfeo, que retratan situaciones épicas entre dioses y héroes.
Esta producción ha contado con un elevado número de instrumentos, si bien los testimonios de mediados del siglo XVII nos hablan de que en los teatros venecianos sonaba un reducido bajo continuo y, en general, solamente dos violines como solistas. No obstante, no han llegado a nosotros referencias acerca de cómo pudo haber estrenado esta ópera Monteverdi en el Teatro San Giovanni e Paolo aquel febrero de 1640, si con más o menos medios. Lo cierto es que la riqueza instrumental que lleva consigo esta versión de I Gemelli persigue que los instrumentos apoyen a los distintos personajes, de forma que el cromatismo y los rasgos específicos de cada uno acompañen a los cantantes.
El resultado de todo este esfuerzo es majestuoso y sumamente colorista, y transmite al oyente una sensación cálida y viva, ajena al formalismo distante que a veces caracteriza a la música escénica de esta época. Siempre nos resulta atractivo, a los que ya tenemos cierta edad, el disponer del soporte físico en esta era caracterizada por el streaming y las plataformas, pero en este caso merece realmente la pena por el interés y la riqueza de los textos que incluye el extenso libro que acompaña a los tres discos.
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