Siempre resultan gratos los esfuerzos llevados a cabo por recuperar y difundir la obra de ese magnífico compositor extremeño que fue Juan Vásquez como ha hecho el conjunto Los Afectos Diversos en su más reciente lanzamiento, Si no os hubiera mirado.
Se trata de dieciocho temas de Vásquez más cuatro revisiones de su obra realizadas por varios de los grandes vihuelistas de la época, Fuenllana, Valderrábano y Pisador.
Juan Vásquez pertenece a la generación de polifonistas que vivió y trabajó durante el reinado del emperador Carlos I, entre las que destacan además de él figuras como Juan Escribano, Pedro Pastrana, Mateo Flecha “el Viejo”, Bartolomé Escobedo, Cristóbal de Morales y Diego Ortiz.
No se conocen excesivos datos sobre su vida, aunque parece claro que hacia 1530 fue cantor de capilla en su Badajoz natal y que vivió y trabajó también en las ciudades de Plasencia, Palencia y Sevilla.
De toda la obra del compositor, Los Afectos Diversos ha centrado su trabajo en su principal libro de música profana, Recopilación de sonetos y villancicos a quatro y a cinco, publicado en Sevilla en 1560.
La Recopilación… está integrada por sesenta y siete piezas y, a pesar del nombre de la obra, son casi todas villancicos e incluye tan solo seis sonetos, además de catorce canciones cortesanas.
Es un volumen que recoge temas muy populares de la época, algunos de los cuales aparecen en las grandes antologías, como los Cancioneros del Duque de Calabria y el de Palacio.
Tal era la fama de Vásquez como músico que hasta recibió panegíricos, como este soneto que firma el Licenciado Alonso de Barrera:
Soneto en loor de la múflca
y de luán Vasquez, múfico
sabemos que los ángeles del cielo
Alaban siempre a Dios, con acordada
Música, y armonía concertada,
En eterno contento, y gran consuelo.
Muestr’alma rastreando deste velo
Mortal cubierta, bien ymaginada
La tiene acá, y en puntos dibuxada
Haze concento angélico en el suelo.
í deste ymaginar, y concertalla,
luán Vasquez tanta parte y tal alcanza,
Qual muestran muchos libros que á compuesto.
^ue oyéndolos, nuestr’alma dexa aquesto
Del suelo, y toma aliento, y esperanza
De yr al reyno del cielo allá a gozalla.
El villancico es la forma literario musical más extendida en la época, así que no es extraño que sea las más abundante en el libro de Vázquez y en otras recopilaciones, como el Cancionero de Medinaceli.
Sus villancicos están concebidos para ser cantados a varias voces (cuatro o cinco como reza el título) y para algunos estudiosos este autor transformó el villancico polifónico tradicional en el “madrigal castellano”, por las innovaciones que introdujo, como la repetición del estribillo y los compases adicionales en forma de coda.
Juan Vásquez transforma el género siguiendo la misma línea compositiva de Juan del Encina, a saber, construyendo sus piezas sobre melodías tradicionales, con simplicidad contrapuntística y economía de procedimientos técnicos.
La influencia italiana del madrigal y la villanesca le llevan a introducir compases nuevos para reforzar la carga expresiva del villancico.
De hecho, se persigue cada vez más la compenetración expresiva de la música y el texto o en palabras del propio Vázquez: “vistiendo el espíritu de la letra del cuerpo y música que más le conviene”.
Y es que el compositor extremeño es tan buen músico como excelso poeta, algo que dejan claro sus brillantes letras, reproducidas con gran acierto, en castellano e inglés, en el cuidado libreto que acompaña al disco.
Valga como muestra la maravillosa Soledad tengo de ti:
Soledad tengo de ti
tierra mía do nací.
Si muriese sin ventura,
sepúteme en alta tierra
porque no estrañe la tierra
mi cuerpo en la sepultura,
y en sierra de grande altura.
Por ver si veré de allí
las tierras a do nací.
Soledad tengo de ti,
oh tierras donde nací.
La obra de Vásquez tuvo influencia sobre las piezas escritas por los grandes vihuelistas, cuyos libros de cifra constituyen uno de los principales hitos del Renacimiento musical español.
Precisamente, Los afectos diversos ha querido reconocer esa deuda introduciendo en el CD cuatro piezas de vihuela basadas en obras del músico pacense.
El primer libro de Juan Vásquez vio la luz en 1551, pero su obra ya era conocida en el panorama musical del momento.
De esta forma, el vihuelista Enríquez de Valderrábano ya en 1547 incluye en su Silva de las sirenas cuatro piezas del extremeño, mientras que Diego Pisador en el Libro de música de vihuela que publica en 1552 recoge otras cuatro.
Estos ocho temas no serán publicados por Vásquez hasta aparecer en la Recopilación de 1560.
Finalmente, Miguel de Fuenllana transcribe hasta once en la obra Orphénica Lyra de 1552.
El disco Si no os hubiera mirado presenta entre sus pistas las adaptaciones para vihuela de Con qué lavaré de Fuenllana, En la fuente del rosel y Si me llaman, a mí llaman de Diego Pisador y Quién me otorgase, señora de Valderrábano.
Para esta grabación el coro Los Afectos Diversos dirigido por Nacho Rodríguez ha contado con el apoyo instrumental de un arpa de dos órdenes, un órgano (“para las piezas de mayor gravedad”), una vihuela, una viola da gamba y un sacabuche.
Como indica el propio Rodríguez en el texto que introduce la obra, el uso de instrumentos potencia la riqueza de colores de la música de Vásquez y para ello incluyen “instrumentos habituales en la España del momento”.
Si no os hubiera mirado constituye una magnífica puerta de entrada a la obra de una de las grandes figuras de la música española y, en paralelo, un vehículo para acercarnos a toda la grandeza y la riqueza cultural de nuestro Renacimiento.
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