Este verano Benasque acoge la belleza sobria de los sones de la vihuela de Alfred Fernández, que acompañado por la voz del contratenor Hugo Bolívar, recorrerá la magistral obra de Enríquez de Valderrábano Silva de Sirenas. El evento tendrá lugar el 2 de agosto en el auditorio de la localidad.
El recital que lleva el sugerente título Y arded coraçon arded promete ahondar en la magia intimista de los sonidos del siglo XVI, ofreciendo una velada poética y musical en torno a los instrumentos de cuerda pulsada y el canto.
En el siglo XVI en nuestro país floreció una escuela de tañedores y compositores para vihuela, conocidos como “los vihuelistas”, que no tienen nada que envidiar a contemporáneos suyos extranjeros más famosos como John Dowland, maestro del laúd británico. Siete son los nombres principales de los compositores para este instrumento: Alonso Mudarra, Luis de Milán, Luis de Narváez, Diego Pisador, Esteban Daza, Miguel de Fuenllana, y el que nos ocupa, Enríquez de Valderrábano.
Cada uno de estos compositores nos ha legado obra escrita en forma de libros de cifra para vihuela. Enríquez de Valderrábano publica su obra Libro de música de vihuela intitulado Silva de Sirenas un año después del de Mudarra, los Tres libros de música en cifra para vihuela de 1546. Distintas fuentes le atribuyen doce años de composición.
El libro de Valderrábano tiene una filosofía didáctica que lleva al autor a clasificar las piezas como fácil, medio o difícil. Utiliza numerosos géneros, como fugas, contrapuntos, fantasías, diferencias, sonetos, bajas, pavanas, vacas, discantes, canciones, proverbios, romances y villancicos.
Resulta curioso que a pesar de su asociación con el entretenimiento, la música para vihuela del siglo XVI exhibe una importante complejidad y trascendencia. Es más, el vihuelista australiano John Griffiths considera que la música para vihuela no está escrita para ser interpretada en público, sino para que el músico la toque en la soledad de su habitación, como una forma de evocación y meditación. Así lo expresó en una conferencia que impartió el verano pasado.
Alfred Fernández y Hugo Bolívar
Arded coraçon arded
Benasque (Huesca)
2 de agosto a las 19:00 horas
El recital que lleva el sugerente título Y arded coraçon arded promete ahondar en la magia intimista de los sonidos del siglo XVI, ofreciendo una velada poética y musical en torno a los instrumentos de cuerda pulsada y el canto.
En el siglo XVI en nuestro país floreció una escuela de tañedores y compositores para vihuela, conocidos como “los vihuelistas”, que no tienen nada que envidiar a contemporáneos suyos extranjeros más famosos como John Dowland, maestro del laúd británico. Siete son los nombres principales de los compositores para este instrumento: Alonso Mudarra, Luis de Milán, Luis de Narváez, Diego Pisador, Esteban Daza, Miguel de Fuenllana, y el que nos ocupa, Enríquez de Valderrábano.
Cada uno de estos compositores nos ha legado obra escrita en forma de libros de cifra para vihuela. Enríquez de Valderrábano publica su obra Libro de música de vihuela intitulado Silva de Sirenas un año después del de Mudarra, los Tres libros de música en cifra para vihuela de 1546. Distintas fuentes le atribuyen doce años de composición.
El libro de Valderrábano tiene una filosofía didáctica que lleva al autor a clasificar las piezas como fácil, medio o difícil. Utiliza numerosos géneros, como fugas, contrapuntos, fantasías, diferencias, sonetos, bajas, pavanas, vacas, discantes, canciones, proverbios, romances y villancicos.
Resulta curioso que a pesar de su asociación con el entretenimiento, la música para vihuela del siglo XVI exhibe una importante complejidad y trascendencia. Es más, el vihuelista australiano John Griffiths considera que la música para vihuela no está escrita para ser interpretada en público, sino para que el músico la toque en la soledad de su habitación, como una forma de evocación y meditación. Así lo expresó en una conferencia que impartió el verano pasado.
Alfred Fernández y Hugo Bolívar
Arded coraçon arded
Benasque (Huesca)
2 de agosto a las 19:00 horas
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