Apoyando la tesis que adelantábamos al hablar de las canciones de taberna de Purcell sobre el origen popular de numerosos géneros de música culta, la frottola se erige en el siglo XVI como paradigma de la elevación estética del sentimiento y las formas populares. Tiene este estilo su origen en la segunda mitad del siglo XV y su popularidad se extiende hasta casi la mitad del siguiente, cuando el madrigal lo sustituye como tendencia musical de moda. De hecho numerosas fuentes identifican la frottola como un precedente del madrigal.
Desde el punto de vista técnico este tipo de canciones están construidas sobre el sistema polifónico, normalmente en cuatro partes: la voz más alta es cantada por un solista y las partes más bajas son interpretadas por distintos instrumentos o por un solo laúd. En ocasiones, las partes de los instrumentos son interpretadas por distintas voces.
Los temas tratados en las letras suelen centrarse en cuestiones relacionadas con el amor, a través de escenas humorísticas basadas en la exageración y la vulgaridad, y con no pocas alusiones al sexo. La parodia y los dobles sentidos forman parte de la esencia del género. Igualmente, en ocasiones se aborda la pasión amorosa desde una perspectiva más seria y sentimental.
Esté o no la frottola en el origen del madrigal, lo cierto es que comparte con él su origen italiano y el hecho de que ambos son como un paraguas que alberga un abanico de subgéneros; la frottola adquiere distintas formas y variantes a lo largo de la península itálica, como la villota en el área de Venecia o la villanesca en Nápoles. La principal diferencia entre ambos es el carácter popular de la frottola puesto que el madrigal es una forma secular mucho más emparentada a la música culta.
El vídeo que he enlazado a continuación contiene cinco frottolas interpretadas con voz y laúd que permiten hacerse una idea de las características del género. Resultan verdaderamente bellas a pesar de la baja calidad del sonido de la grabación.
Uno de los más conocidos compositores de frottolas fue el veronés Bartolomeo Tromboncino, que a juzgar por lo que se sabe de su vida debió ser lo que hoy conocemos como “un pieza”. Todas las fuentes destacan que asesinó a su mujer en 1499 por adúltera, aunque paradójicamente dejó escapar al amante de ésta. Éste y otros hechos oscuros le obligaron a ausentarse frecuentemente de Mantua, donde trabajaba en la creación musical y le llevaron a recorrer Ferrara, Vicenza, Milán y Pavía. En 1502 entra al servicio de Lucrecia Borgia -Dios les cría y ellos se juntan-, y compone numerosas piezas por encargo, entre las que destaca la música para la boda entre Lucrecia y Alfonso d´Este.
Tromoboncino fue uno de los compositores de frottolas más prolíficos dado que se le atribuyen en total 176 de estas piezas. Una de las más conocidas es la interpretada en el vídeo que viene a continuación, Pan de Miglio, una canción de carnaval muy popular en la Florencia de los Medici.