jueves, 19 de julio de 2012

La pasión de Juana de Arco

Ha caído en mis manos (bueno, de hecho me lo han regalado, porque dicho así parece que me lo he encontrado en la calle) Jeanne d`Arc (Batailles & Prisons), el último gran proyecto musical de Jordi Savall. Con una presentación del producto de AliaVox espectacular, el doble CD viene acompañado de un libro de 500 páginas (bien es verdad que los textos aparecen en seis idiomas), en el que se aborda la figura de la Doncella de Orleans desde distintas perspectivas.

A lo largo de las 75 piezas que ocupan los dos discos se recrea, combinando música y recitados, la vida de Juana y el final de la Guerra de los Cien Años. A diferencia de otras grabaciones al uso que aportan música para encuadrar una determinada época o a un personaje histórico en particular, Jeanne d`Arc reconstruye los hechos intercalando citas, monólogos y diálogos que configuran un relato en sí mismo.

La música de la obra incluye adaptaciones de piezas del siglo XV del propio Savall, así como melodías originales de Dufay y Desprez, sobre todo. El cuidado y preciosismo con el que ha sido grabado el disco realmente evoca el momento histórico retratado.

La filosofía que inspira este proyecto, similar a otros de Jordi Savall, la define el propio autor en las páginas del libro:

“Toda partitura no es más que el esbozo más o menos definido de un arte que sólo existe realmente en el momento en que se concreta con los instrumentos o la voz humana. Así, toda música lleva de modo inevitable en sí misma la marca de su tiempo: puede que sea inmortal, pero nunca es intemporal.”

Savall distingue también entre la música y el acontecimiento; el concierto con frecuencia se encuentra separado de su contexto, cobrando de esta manera independencia. Por otro lado, la música que acompaña a una historia, él habla de una gesta o de una epopeya, alcanza una función descriptiva, como sucede con esta obra concreta. Suele estar más cerca de una partitura cinematográfica que acompaña y viste un relato en la pantalla.

A pesar de que me atrae y emociona sobremanera la escucha de Jeanne d`Arc, debo decir que me cansa un poco el modelo retablo –demasiado recitado y demasiada fanfarria-, y que quizá hubiera preferido una recopilación de música del siglo XV sin más, aunque entiendo bien que no es ése el espíritu de la obra. Por otro lado, también echo de menos partituras británicas de la época en el CD que contrarresten en alguna medida la presencia de los músicos franco-flamencos. Con todo, merece la pena escuchar este proyecto. 


domingo, 1 de julio de 2012

“El Canto de las Vihuelas” en Guadalaviar

Asistimos el pasado viernes 29 de junio a un delicioso recital que tuvo lugar en la iglesia de San Juan Bautista (aunque el altar del templo lo preside Santiago) de Guadalaviar, provincia de Teruel. El evento se enmarcó dentro del programa “Musas, Música, Museos”, que con la colaboración de diversos museos españoles, ha perseguido el reproducir instrumentos musicales que aparecen en cuadros antiguos y organizar conciertos con los mismos. Este concierto llevó el sugerente título de “El Canto de las Vihuelas”.

El artífice de esta iniciativa tan brillante es Javier Martínez, vecino de Guadalaviar y director del Museo de la Transhumancia de la localidad. La última etapa de “Musas, música, Museos” ha tenido lugar precisamente en este pueblo situado en el corazón de los Montes Universales, y ha consistido en una celebración de tres días en los que la música antigua se ha conjugado con la tradición pastoril de la zona. Han sido tres jornadas de conciertos, pasacalles o rondas, talleres, conferencias y salidas al campo, a los hermosos parajes de la Vega del Tajo. Y Javier ha conseguido que los asistentes nos sintiésemos como un grupo de amigos que comparten actividades.

“El Canto de las Vihuelas” tuvo lugar la tarde del viernes y fue interpretado por el trío formado por los hermanos Pablo y Alejandro Baleta, responsables de las vihuelas de arco, de mano y de péñola así como de la viola de gamba, y la soprano María Sala. La acústica de la iglesia era bastante buena, aunque hay que decir, como una crítica menor, que la poderosa voz de María apagaba el sonido de la vihuela de mano, no así de la de arco.

El conjunto arrancó con el instrumental del siglo XIV La Manfredina y la Rotta,  para seguidamente interpretar el estremecedor canto sefardita Por qué lloras blanca niña. Gran parte del repertorio posterior que tocaron procede de los cancioneros de la Colombina, de Palacio, de Medinaceli y del Duque de Calabria o Uppsala.

No podían faltar los dos grandes “juanes” de la polifonía del siglo XVI, Juan Vázquez y Juan del Encina. Del primero pudimos escuchar el villancico ¿Con qué lavaré?, y del segundo las piezas Más vale trocar y Hoy comamos y bebamos.

El programa lo completaron piezas de Francisco de la Torre, Claudin Serrmisy y Josquin de Prez, así como temas anónimos como el archiconocido Tres morillas m´enamoran o Dadme albriçias, hijos d´Eva.

El sábado por la tarde tuvo lugar otro concierto, esta vez centrado en la viola de gamba, pero por desgracia no pudimos asistir. Sin embargo, sí nos dio tiempo a compartir una maravillosa comida en el nacimiento del río Tajo con Javier Martínez y todos los presentes, que fue amenizada por un dúo de músicos marroquíes que realizaron un interesante recorrido por la tradición músical del Magreb.