jueves, 17 de febrero de 2011

La noche madrileña de Boccherini

Siempre he deseado acabar mis días en una villa con un jardín neoclásico, con fuentecillas y templetes, en el que pasar las tardes de estío escuchando música de Boccherini (de pequeño quería ser astronauta pero me aterra la aceleración y tengo vértigo, aunque esa es otra historia). Supongo que en cambio acabaré en una residencia para la tercera edad de la Comunidad de Madrid. El caso es que, aparte del famoso minuetto tan destrozado en anuncios publicitarios, solamente conocía de este compositor sus quintetos para cuarteto de cuerda y guitarra, que me entusiasman. Sin embargo, un día me topé, a través de un cómic (antaño denominado tebeo) de Corto Maltés con la obra “La música nocturna de las calles de Madrid” (“La Musica Nocturna delle Strade di Madrid”), un breve conjunto de piezas o mini suite, que ponían en evidencia la por mí ignorada relación del compositor con nuestro país, y en concreto, con su capital.

Pues parece ser que Luigi Boccherni residía en París hacia 1768 y fue convencido por el embajador español en la corte francesa, Joaquín Anastasio Pignatelli, para venir a ejercer de compositor a Madrid bajo la protección del hermano menor de Carlos III, Luis Antonio de Borbón y Farnesio. Este último cayó en desgracia en 1776 y fue desterrado a Arenas de San Pedro, donde se trasladó con todo su séquito, incluido Boccherini. Durante los ocho años que vivió en la localidad abulense, el italiano compuso cerca de un centenar de piezas, de cámara y orquestales, entre las que se encuentra el Quintettino en do mayor, La Musica Nocturna delle Strade di Madrid Op. 30 Nº6 (G324), que nos ocupa.

La obra retrata las noches de la corte con su bullicio, el sonido de las campanas de las iglesias, los bailes en los que se divertían los jóvenes en los barrios, y finalmente, la Ritirata o toque de queda a medianoche, invitando a cada mochuelo a volver a su olivo. Un cuadro tan vivo de las calles de Madrid pone en evidencia la nostalgia que sentía Boccherini de la gran ciudad en su retiro castellano. Resulta curioso que le escribió a su editor de París conminándole a que esta pieza no fuese publicada fuera de España porque, a su juicio, “non possono gl´uditori giammai comprenderne il significato, né gli esecutori sonarlo come deve essere sonato”. No tengo ni idea de italiano pero queda claro que consideraba que nadie que no hubiese vivido el ambiente madrileño de la época podría comprender, e incluso interpretar correctamente, la partitura del Quintettino.

Las partes que integran La música nocturna son siete, a saber:

  • Le campane di´l Ave Maria.
  • Il tamburo dei Soldati
  • Minuetto dei Ciechi
  • Il Rosario
  • Pasa calle
  • Il tamburo
  • Ritirata

El pasacalle es quizá la melodía más conocida de esta obra, dado que fue incluida en la banda sonora del film Master and Commander (Peter Weir,  2003), como me indicó @sandopen ya hace tiempo en Twitter.


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